
La santidad es posible en nuestros días. Eduquemos a nuestros hijos para que deseen ser santos
Si nuestras obras están basadas en el Amor, seguro serán obras buenas y no tendrán cabida los malos sentimientos o pensamientos.

Si nuestras obras están basadas en el Amor, seguro serán obras buenas y no tendrán cabida los malos sentimientos o pensamientos.

El papa Francisco explica que la oración para bendecir el agua bautismal nos revela que Dios creó el agua precisamente en vista del bautismo.

La mayoría de los católicos, queriendo congraciarnos con el mundo, hemos cambiado el amor a Cristo por un amor a lo mundano.

El dolor esconde una belleza que a veces no se valora. Nuestra naturaleza conlleva un instinto para conservarnos, que es muy positivo.

Lo maravilloso de la Liturgia es que nos garantiza la posibilidad de un verdadero encuentro con nuestro Señor.

Una familia ha de ser un lugar donde las diferentes personas que la componen vivan unidas en el amor.

El Sagrado Corazón de Jesús nos vino a traer toda una espiritualidad especial donde el Amor y la esperanza tienen un lugar primordial y donde la devoción y frecuencia a la Eucaristía son básicas.

Podemos pensar si somos conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestras almas y si actuamos en consecuencia.

El amor que recibimos del Señor es la fuerza que transforma nuestra vida, nos ensancha el corazón y nos predispone para amar.

“Cada hijo es un reflejo viviente del amor conyugal entre los esposos, signo permanente de la unidad y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre”.

La juventud es capaz de dar de nuevo entusiasmo a la edad madura y, a su vez, la vejez es capaz de reabrir el futuro para la juventud herida.

Debemos tener claro que la Pascua comienza el domingo de Resurrección, pero se extiende durante 50 días, es por esto que debemos estar alegres durante estos días.