
Virtudes y vicios (25). Una pobreza positiva
La pobreza de espíritu ayudará para solucionar la pobreza material, pues quien tiene, utilizará aquello para beneficio de los otros.

La pobreza de espíritu ayudará para solucionar la pobreza material, pues quien tiene, utilizará aquello para beneficio de los otros.

El papa Francisco nos invita a pedirle al Señor que aumente nuestra caridad y nos conceda un corazón abierto y generoso para no ser indiferentes ante las necesidades de los demás.

Los santos nos enseñan con su vida a no perder la alegría y el buen humor a pesar de las circunstancias adversas.

La paciencia nos da la capacidad de saber esperar. Incluso cuando algunos a nuestro alrededor han caído en la desilusión y abandonan el camino

Con la esperanza podemos vivir con alegría y serenidad nuestro presente, pues Jesús nos asegura un futuro confiable y un horizonte luminoso.

A veces no es fácil defender nuestra fe, pero no dudemos de su valor y pongámonos de pie cuando sea preciso.

La fidelidad a Cristo se ha pagado muchas veces con la vida, con la deshonra, con el destierro.

No es inteligente decir lo primero que se ocurre, así sin más. Al pensar, se evita faltar a la caridad, a la verdad o a la justicia.

La templanza permite disfrutar más de los bienes y placeres, y proporciona una alegría verdadera.

Cultivar la virtud de la fortaleza nos ayuda a ser personas que no se atemorizan, ni se desaniman ante las pruebas.

Es primordial y necesario, tal vez hoy más que nunca, educar en el sentido de justicia y fomentar la cultura de la legalidad.

La justicia es una virtud social por excelencia. No fácil de obtener, pero indispensable para alcanzar la paz.