
Para transformar el corazón. La mejor curación
Llevemos con confianza ante Jesús nuestras enfermedades, y las de nuestros seres queridos. Jesús nos curará para que podamos ser libres.
Llevemos con confianza ante Jesús nuestras enfermedades, y las de nuestros seres queridos. Jesús nos curará para que podamos ser libres.
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.
La palabra de Jesús es para todos, pero actúa en cada uno de manera diferente.
Se dice que los defectos son los ladrillos que construyen la fuerza de la personalidad.
El arma favorita del demonio es la mentira, pues logra hacer desconfiar y desunir. El papa León XIV invita erradicar del hombre, y en la Iglesia, toda división.
La devoción del Papa León XIV a San Agustín y su interés por la unidad de la Iglesia se reflejan en su lema episcopal y en su escudo de armas.
El papa León XIV también enfrenta desafíos como la pobreza, la migración y la exclusión social, mostrando un compromiso profundo con la paz y la unidad de la Iglesia.
Cuando el papa Francisco acudió la última vez al hospital, agradeció a todos, asegurando su oración por cada uno y pidiendo oraciones por él.
A vivir esperanzados en el futuro, para no quedarnos estancados en las ilusiones de este mundo o encerrados en la tristeza.
Para alimentar esta alegría, podemos seguir el ejemplo de aquellas mujeres: ir al encuentro del Resucitado, ya que Él es la fuente de una alegría que nunca se agota.
El pozo, en el antiguo Oriente Medio, era un lugar de encuentro, donde a veces se conciertan matrimonios, es un lugar de compromiso.
En esta Cuaresma, levantemos también la mirada hacia Jesús crucificado, y dejemos que Jesús se encuentre con nosotros. En Él encontraremos la esperanza y podremos renacer.