Hallar la fuerza vital. La clave para Pascal
En la vida espiritual esa fuerza vital es el amor por Cristo y en Cristo. Eso supera todas las enfermedades espirituales y, al final, también la muerte.
En la vida espiritual esa fuerza vital es el amor por Cristo y en Cristo. Eso supera todas las enfermedades espirituales y, al final, también la muerte.
A veces la pereza es un peligroso enemigo, pues es más fácil y cómodo creer lo que dicen otros sin comprobarlo.
El papa nos recuerda la grandeza de la razón humana y nos invita a utilizarla para descifrar el mundo que nos rodea.
El amor de Dios es infinitamente superior a nuestros pensamientos e imaginaciones. Nuestros pensamientos son limitados y Dios es infinito.
En sus reflexiones sobre la pasión por evangelizar, el papa Francisco lo hizo sobre santa Teresita del Niño Jesús, pues es patrona universal de las misiones.
El amor es lo primero y sin el amor en el centro, todo lo demás es vano.
Si no sabemos a dónde llegar, nuestros pasos serán inciertos, nuestra vida va a la deriva, sin rumbo.
Para el papa Francisco, la familia es el principal antídoto contra la pobreza, material y espiritual.
Se está en crisis cuando se olvida dedicarse a los otros o sentir la belleza de soñar juntos o crear familias numerosas.
Pedir unos por otros tiene mucha eficacia porque no depende de las fuerzas humanas, sino del poder de Dios que escucha las peticiones y concede su gracia.
Cuando obramos con amor, estamos permitiendo que otros descubran el amor divino y se abran a su amor.
Para nosotros ir a “Galilea” significa ir hacia adelante, mirar el futuro con confianza, superar el sentimiento de derrota.