
Voltear hacia Jesús
Este Año Jubilar ha de ser un nuevo inicio para todos, afirma el Papa Francisco, un tiempo donde todo es “replanteado dentro del sueño de Dios”.
Este Año Jubilar ha de ser un nuevo inicio para todos, afirma el Papa Francisco, un tiempo donde todo es “replanteado dentro del sueño de Dios”.
Hay que preguntarnos si realmente reconocemos la autoridad única de Jesús, o si reconocemos que Él es nuestro salvador y nadie más lo es.
Si somos libres en cada acto, y cada vez estamos llamados a elegir entre el bien y el mal, la virtud es lo que nos permite tener un hábito hacia la elección correcta.
Se dice que la esperanza es como el sol, pues arroja todas las sombras detrás de nosotros.
Conocer a nuestros antepasados nos ayuda a explicarnos por qué estamos aquí y quiénes somos.
El Espíritu Santo viene sobre los que rezan; hay que invocarlo para que nos asista.
La alegría, tan deseada, no se consigue por el hecho de desearla, sino que podrá venir como fruto de las acciones.
La misericordia de Dios lo puede todo, desata todo nudo, disipa el odio y el espíritu de venganza.
El dolor no es sólo un camino hacia la ira y la desesperación; si está basado en la fe, es un buen maestro de amor.
«Ad Iesum per Mariam», es decir, «a Jesús por María». Este lema de la tradición católica afirma que a Jesús se va a través de la Virgen María.
El trato con Dios no se ha de limitar a pedirle ayuda. Por ello también hemos de rezar siempre con libertad, sin sentirnos obligados, ha de ser una oración libre.
Un proverbio chino dice: “No temas crecer lentamente; ten sólo miedo a quedarte quieto”.