
Una oración segura. Para dormir bien…
La oración se convierte en palabra, canto, poesía que dirigimos a Dios o a la Virgen.
La oración se convierte en palabra, canto, poesía que dirigimos a Dios o a la Virgen.
La vida de la fe se aprende con la vivencia cotidiana, ya que no es una ciencia, es fe.
En el pasado, la Cuaresma era el inicio de 40 días de ayuno, penitencia y oración.
Jesucristo mismo instituyó los sacramentos para unirse amorosamente con nosotros en la liturgia.
Precisamente en esta pandemia, la oración nos regresa la perspectiva de amor, paz y solidaridad que transforma nuestro corazón y cambia nuestra actitud.
Mientras más tiempo le dedicamos a Dios y a sus cosas, más tiempo él nos regala para hacer todo lo que tenemos planeado.
Ahora que muchos han aprovechado este tiempo para recibir algunas clases de modo virtual, el papa Francisco nos invita a aprender a través de una cátedra accesible a todos, incluso sin ningún medio electrónico.
La fe en el amor y en la atención de Dios a nuestras plegarias es un don que debemos pedir y aceptar.
La escucha, la contemplación y la oración son parte integrante de la lucha contra las desigualdades y las exclusiones, y a favor de alternativas que sostengan la vida.
David era una persona sensible que amaba la música, la poesía y el canto, y las volvía oración: en un himno de alegría, en un lamento o para confesar su pecado.
Es muy provechoso leer biografías de los santos, pues nos señalan de modo concreto cómo reaccionaron ante diversas circunstancias.
El mensaje cristiano ha llegado al público cautivo necesitado de Dios gracias a la tecnología.