
La brújula para no perderse. Fijar el rumbo
Si no sabemos a dónde llegar, nuestros pasos serán inciertos, nuestra vida va a la deriva, sin rumbo.
Si no sabemos a dónde llegar, nuestros pasos serán inciertos, nuestra vida va a la deriva, sin rumbo.
La santidad consiste fundamentalmente en amar, que es el tema de la reciente Exhortación del Papa actual.
Mientras el cristianismo no sea una presencia comunitaria visible, empíricamente constratable, quedará reducido a un elenco de valores “inspiracionales”, sin capacidad de incidencia y transformación real.
La Iglesia en Colombia está llamada a empeñarse con mayor audacia en la formación de discípulos misioneros, así como lo señalamos los obispos reunidos en Aparecida.
Solo con fe y esperanza, se pueden superar las numerosas dificultades del camino y construir un País que sea Patria y casa para todos los colombianos.
El Papa Francisco mencionó que Dios nos puede ayudar a encontrar el camino cuando hemos perdido la brújula y recomendó que nos alimentemos de la Palabra del Señor.
María es modelo de virtud y de fe. Al contemplarla llevada al Cielo, podemos sentirnos invitados a seguirla, a luchar por ser humildes, reconociendo nuestros defectos, pero luchando contra ellos.
El motivo de las Bienaventuranzas es el camino hacia la felicidad. Para ser bienaventurado, se necesita ante todo convertirse, dice el Papa.
Nuestra Señora de Guadalupe nos muestra el camino para llegar Dios mediante su Iglesia y mediante las palabras que le dirige a Juan Diego.
Se pregunta el Papa: ¿Una persona que no es misericordiosa es perfecta? Y responde enfáticamente: ¡No! El camino a la santidad es de amor.
El Noviazgo es un camino para descubrir una llamada de Dios y un camino para alcanzar la madurez que conduzca a la pareja al Amor.
Veo venir una guerra civil en México. Para la Paz, sólo veo un camino: Orar a la Virgen de Guadalupe, puesto que todos somos Guadalupanos.