
Comienza la Pascua. La fuente de la alegría
Para alimentar esta alegría, podemos seguir el ejemplo de aquellas mujeres: ir al encuentro del Resucitado, ya que Él es la fuente de una alegría que nunca se agota.
Para alimentar esta alegría, podemos seguir el ejemplo de aquellas mujeres: ir al encuentro del Resucitado, ya que Él es la fuente de una alegría que nunca se agota.
La Pascua no solo es un día, son 50 días por lo que debemos hacer una gran fiesta.
El pozo, en el antiguo Oriente Medio, era un lugar de encuentro, donde a veces se conciertan matrimonios, es un lugar de compromiso.
En esta Cuaresma, levantemos también la mirada hacia Jesús crucificado, y dejemos que Jesús se encuentre con nosotros. En Él encontraremos la esperanza y podremos renacer.
La Semana Santa, la semana mayor, es la época del año que nos abre la puerta a la fiesta mayor que tenemos los católicos: La Pascua.
El papa Francisco nos invita a imitar el ejemplo de Simeón y Ana, estos «peregrinos de la esperanza» que tienen ojos límpidos capaces de ver más allá de las apariencias
“Apunta a la luna. Si fallas, podrías dar a una estrella”, esta frase del exitoso empresario y filántropo William Clement Stone nos invita a mirar alto.
El amor es el que da fuerza para superar muchos obstáculos.
Consagrar es dedicar voluntariamente a Dios y lo podemos hacer de manera personal y también familiarmente.
Pidamos al Señor que nos enseñe a escuchar su Palabra y a responderle con generosidad para ser cada uno, como la Virgen María, un himno de la alegría que sepamos transmitir a los demás.
Al inicio de la Cuaresma, volvemos a asombrarnos al contemplar el misterio de nuestra salvación.
Este tiempo de cuaresma es el tiempo por excelencia para trabajar en la conversión de nuestro corazón y tenemos una oportunidad de oro para lograr cambiar lo que nos pesa.