
Una luz de esperanza. Nunca es demasiado tarde
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.
Papá debe estar al pendiente de que cada niño reciba los sacramentos que le tocan, que reciba la formación espiritual que necesita.
Enseñemos a nuestros hijos a resguardarnos en el Amantísimo Corazón de Jesús.
La palabra de Jesús es para todos, pero actúa en cada uno de manera diferente.
Debemos educar a nuestros hijos para que compartan el Amor que Dios les da a diario y qué mejor lugar para hacerlo que con sus hermanos, con sus papás, y con los más cercanos.
Se dice que los defectos son los ladrillos que construyen la fuerza de la personalidad.
El arma favorita del demonio es la mentira, pues logra hacer desconfiar y desunir. El papa León XIV invita erradicar del hombre, y en la Iglesia, toda división.
La devoción del Papa León XIV a San Agustín y su interés por la unidad de la Iglesia se reflejan en su lema episcopal y en su escudo de armas.
El papa León XIV también enfrenta desafíos como la pobreza, la migración y la exclusión social, mostrando un compromiso profundo con la paz y la unidad de la Iglesia.
Cuando el papa Francisco acudió la última vez al hospital, agradeció a todos, asegurando su oración por cada uno y pidiendo oraciones por él.
A vivir esperanzados en el futuro, para no quedarnos estancados en las ilusiones de este mundo o encerrados en la tristeza.
Es necesario que nuestros hijos sepan que tenemos un Padre amoroso que nos cuida siempre y que está atento a nuestras peticiones.