Después de la celebración eucarística del 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución José Martí el Papa Francisco se reunió con sacerdotes, religiosos y seminaristas por motivo a la celebración de las Vísperas en la Catedral de La Habana en donde reflexionó sobre el espíritu de la pobreza, de dejarlo todo por seguir a Jesús y de los más pequeños, es decir, del más abandonado, del enfermo, del que nadie tiene en cuenta.
Posteriormente saludó a los jóvenes del Centro Cultural Padre Félix Varela quienes lo recibieron con gran entusiasmo. El Papa reflexionó sobre la capacidad de soñar de los jóvenes por que un joven que no es capaz de soñar, está clausurado en sí mismo.
Para su tercer día de visita celebró en la ciudad de Holguín, en la Plaza de la Revolución la Santa Misa, en la fiesta del apóstol San Mateo; durante su homilía habló de la conversión de Mateo quien recaudaba impuestos de los judíos para dárselos a los romanos, un publicano. Dijo que el amor de Jesús siempre va un paso adelante, y ve más allá de las apariencias y del pecado.
Más tarde, desde la Loma de la Cruz, en donde lo esperaban un grupo de niños y cánticos, regaló la bendición a la Ciudad de Holguín para posteriormente partir a Santiago de Cuba.
El 22 de septiembre celebró la eucaristía en la Basílica menor del santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en donde tomó como ejemplo la bondad de María y pidió que como ella seamos una iglesia que sirve, que sale de casa a acompañar la vida.
Como encuentro final de su viaje apostólico por Cuba se reunió con las familias, en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, Francisco fue recibido con gran afecto por los presentes y les agradeció por hacerlo sentir en familia.
Posteriormente se dirigió al aeropuerto de Santiago para dar por terminada su visita pastoral y continuar su viaje por América cuyo próximo destino sería Estados Unidos.
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