
¿Acaso seré yo? Otra oportunidad
Dios nunca nos falla ni se escandaliza de nuestras faltas, ni nos abandona.
Dios nunca nos falla ni se escandaliza de nuestras faltas, ni nos abandona.
El Papa León XIV nos invita a preguntarnos: ¿Qué espacios de mi vida necesito reordenar para que estén listos para acoger al Señor?
Un rasgo esencial de la persona es poder comunicarse, e importa que esa capacidad la utilice para el bien de sí mismo y de los demás.
Un criterio para saber si es auténtica la amistad, será ver si es según Jesucristo, es decir, con verdad, amor y respeto.
Estando en el Año de la Esperanza, el papa León XIV les dijo a los jóvenes que ellos pueden llevar un mensaje de esperanza, una luz para la ciudad de Roma, para Italia y para el mundo entero.
Dios siempre nos escucha, incluso cuando hayamos cometido errores. Y si a veces no responde como queremos es porque obra con una sabiduría y providencia que van más allá de nuestra comprensión.
El servicio y la escucha son dos dimensiones gemelas de la acogida. Ambas importantes: por una parte, vivir nuestra fe en las acciones concretas y en nuestros deberes, según la vocación de cada uno.
Las causas de la desilusión son diversas: fracasos, errores, equivocaciones, etc. Pero lo que importa es saber responder sin dejarse abatir.
“De noche, especialmente, es hermoso creer en la luz”. Esta frase de Platón, nos habla de la fe en lo que no se ve y la esperanza de obtenerlo.
Llevemos con confianza ante Jesús nuestras enfermedades, y las de nuestros seres queridos. Jesús nos curará para que podamos ser libres.
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.
La palabra de Jesús es para todos, pero actúa en cada uno de manera diferente.