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Rinde homenaje el Papa Francisco a la Inmaculada Concepción

El Papa Francisco presenta el homenaje a la Inmaculada Concepción, en la Plaza España, en el día de esta solemnidad. Después de celebrar la Santa Misa en la Plaza de San Pedro y abrir la Puerta Santa de la Basílica Vaticana, con lo que daba inicio al Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, se dirigió a la Plaza España, en donde se encuentra la columna que sostiene una escultura de la Virgen María, que tradicionalmente visitan los Papas en esta conmemoración.

Su Santidad expresó una oración en la que recordó a los enfermos, los encarcelados y a quienes “sienten más duro el camino”, así como de los que vienen de tierras lejanas. “Mirándote, Madre nuestra Inmaculada, reconocemos la victoria de la Divina Misericordia sobre el pecado y todas sus consecuencias, y se enciende en nosotros la esperanza de una vida mejor, libre de la esclavitud, rencor y miedo”.

“Tú dices a todos: <<“Vengan, acérquense confiados; entren y reciban el don de la Misericordia; no tengan miedo, no sientan vergüenza: el Padre los espera con los brazo abiertos para darles su perdón y recibirlos en Su casa. Vengan todos a la fuente de la paz y de la alegría.>>”, agregó el Papa Francisco.

Al término del Acto Homenaje, se depositó un arreglo floral y el Papa saludó a autoridades y como es su costumbre dedicó gran atención y prodigó bendiciones a los enfermos que se encontraban en la Plaza, de ahí se dirigió a la Basílica de Santa María La Mayor, para orar delante de la imagen de la Virgen “Salus Popili Romani”, a la que visita cada vez que inicia un viaje apostólico o vuelve de él.

El dogma de la Inmaculada Concepción fue definido por el Papa Pío IX, siendo que poco tiempo antes la Virgen le había encargado a Santa Catalina Labouré que acuñara una medalla, conocida como “la medalla milagrosa” que tenía la frase: “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a ti”. Poco tiempo después de la definición del dogma, la Virgen se identificó como la Inmaculada Concepción con Bernardita Soubirous, en la gruta de Lourdes en Francia.

 

 

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