
La causa de la desunión. El idioma del corazón
El odio y la indiferencia hunde sus raíces en el egoísmo y deja a los demás en la calle sin interés por ayudarlos.
El odio y la indiferencia hunde sus raíces en el egoísmo y deja a los demás en la calle sin interés por ayudarlos.
En la base de la envidia hay una relación de odio y amor: uno quiere el mal del otro, pero en secreto desea ser como él.
Orar, orar mucho para liberar muchas mentes de esas posesiones que llevan los hombres a hacer el mal por el mal mismo.
Dios no espera nuestros esfuerzos para venir a nosotros y no se rinde si tardamos en responderle; al contrario, Él toma la iniciativa.
Amemos a los enemigos de Dios y de su pueblo orando intensamente por su conversión, para que el Señor conmueva sus corazones.
La quema de iglesias la materialización del odio y la sinrazón, así como el oportunismo cobarde de facciones radicales.
Matar a una persona en lenguaje evangélico no es sólo privar de la vida a un semejante, también se puede matar con el odio, el insulto o el desprecio.
El Papa Francisco dijo que “creemos y sabemos que la muerte y el odio no son la última palabra pronunciada sobre la vida humana. Ser cristianos implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza”.
El asesinato del Padre Jacques Hamel fue ideado para despertar el odio entre los católicos, pero fracasó rotundamente y provocó el efecto contrario.