Espíritu Santo y la Iglesia (3). Un libro único y extraordinario
La Sagrada Escritura tiene una nota subyacente que la acompaña de principio a fin, y esta nota es el amor de Dios.
La Sagrada Escritura tiene una nota subyacente que la acompaña de principio a fin, y esta nota es el amor de Dios.
Con la esperanza podemos vivir con alegría y serenidad nuestro presente, pues Jesús nos asegura un futuro confiable y un horizonte luminoso.
La cultura moderna no tiene medios para enfrentarnos a la muerte. En cambio, la fe cristiana nos ofrece recursos asombrosos y suficientes.
El mundo ha cambiado, y se puede decir que gritar ¡viva Cristo Rey! no representa ya en general peligro de perder la libertad o la vida.
En el proceso de la vida personal, el momento más crítico para enfrentar el juicio de Dios es sin duda el de la muerte.
Amemos a los enemigos de Dios y de su pueblo orando intensamente por su conversión, para que el Señor conmueva sus corazones.
Si celebramos el nacimiento de Jesús en esta vida, cuanto más debemos celebrar la Resurrección, es decir, que venció a la muerte y nos ha regalado la vida eterna.
No queremos que los seres queridos mueran, aunque sabemos que la vida siempre tiene un término.
El deseo del encuentro con Dios ha sido tan fuerte en algunos que no han dudado incluso en dar la vida.
Es cierto que cada quien tiene su fin del mundo. El fin del mundo de cada persona es su propia muerte.
La resurrección de Jesús “nos dice que la última palabra no es la muerte, sino la vida”.
Debemos tener claro que la Pascua comienza el domingo de Resurrección, pero se extiende durante 50 días, es por esto que debemos estar alegres durante estos días.