Cuaresma tiempo de conversión, tiempo de esperanza
La cuaresma es el tiempo de perdonar las ofensas, de ofrecer disculpas, de corregir los errores y sobre todo de tener abierto el corazón para recibir las gracias de parte de Dios.
La cuaresma es el tiempo de perdonar las ofensas, de ofrecer disculpas, de corregir los errores y sobre todo de tener abierto el corazón para recibir las gracias de parte de Dios.

Se dice que la esperanza es como el sol, pues arroja todas las sombras detrás de nosotros.

Cuando oramos, no sabemos en qué momento o de qué manera obra Dios para hacer que esa persona se convierta y sienta su fe y obre en consecuencia.

El papa Francisco nos invita a pedirle al Señor que aumente nuestra caridad y nos conceda un corazón abierto y generoso para no ser indiferentes ante las necesidades de los demás.

Con la esperanza podemos vivir con alegría y serenidad nuestro presente, pues Jesús nos asegura un futuro confiable y un horizonte luminoso.

Tengamos siempre la confianza en la misericordia infinita de Dios que nos ayuda y nos perdona todo, facilitándonos el Sacramento de la Reconciliación.

“La esperanza es como el azúcar en el café, tan solo unos granos endulzan y ayudan a pasar los ratos amargos de la vida”.

De la oscuridad y de las tinieblas resplandece la fe. Una fe que proviene del amor y la confianza que se tiene en Dios.

Pascal admiraba la sabiduría de los antiguos filósofos griegos, que eran sencillos en su arte del buen vivir.

El Sagrado Corazón de Jesús nos vino a traer toda una espiritualidad especial donde el Amor y la esperanza tienen un lugar primordial y donde la devoción y frecuencia a la Eucaristía son básicas.

Con la Vigilia Pascual hemos entrado en el tiempo de Pascua, un tiempo caracterizado por la alegría que produce en el cristiano la resurrección de Jesús.

De algo tan detestable como es el pecado, si conduce al arrepentimiento y al dolor de amor, produce frutos maravillosos de santidad.