
El Espíritu Santo y la Iglesia (5). Conseguir lo imposible
Las palabras “Nada es imposible para Dios” nos pueden ayudar mucho en la vida. Si lo creemos, dejamos obrar a Dios en nosotros.
Las palabras “Nada es imposible para Dios” nos pueden ayudar mucho en la vida. Si lo creemos, dejamos obrar a Dios en nosotros.
San Pablo describe a la Iglesia como un cuerpo con sus diferentes miembros, para explicar la variedad de sus carismas.
Está el peligro de considerar a Dios como alguien ambiguo, nebuloso o incluso como algo, como algunos que lo suponen como una energía.
“La esperanza es como el azúcar en el café, tan solo unos granos endulzan y ayudan a pasar los ratos amargos de la vida”.
De la oscuridad y de las tinieblas resplandece la fe. Una fe que proviene del amor y la confianza que se tiene en Dios.
“Cuando Dios resuelve tus problemas, tú tienes fe en Él. Cuando Dios no resuelve tus problemas, Él tiene fe en tus habilidades para resolverlos”.
1) Para saber «Si amas al Señor, “necesariamente” has de notar el bendito peso de las almas, para llevarlas a Dios.» (San Josemaría, Forja, n. 63,).
En la vida espiritual no son frecuentes los descubrimientos que abren caminos nuevos que faciliten el encuentro con Dios.
Es la confianza la que nos sostiene cada día y la que nos mantendrá de pie ante la mirada del Señor cuando nos llame junto a Él.
A veces puede costar reconocer la verdad. No obstante, todos la desean, a nadie le gusta que le mientan.
A veces la pereza es un peligroso enemigo, pues es más fácil y cómodo creer lo que dicen otros sin comprobarlo.
José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad.