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Caminemos juntos como discípulos y misioneros
Visita Papa Francisco: Uganda

Recuerda Papa en África a países que pasan por cruz de la guerra

El pasado 29 de noviembre el Santo Padre Francisco comenzó el día con la visita a la clase dirigente y el cuerpo diplomático, en Bangui, agradeciendo y diciendo que por primera vez pisaba esa tierra siguiendo los pasos de San Juan Pablo II.

 

Reflexionó sobre el lema de la República Centroafricana: “Unidad – Dignidad – Trabajo”, porque expresa las aspiraciones de los pobladores; la unidad como desafío constante de creatividad, generosidad, abnegación y respeto por los demás, la dignidad como honestidad, lealtad, bondad y honor, en cuanto al trabajo para mejorar la vida de sus familias.

 

Continuó su camino al Campo de refugiados de Saint Sauveur, pidiendo trabajar, rezar y hacer todo lo posible por la paz, deseando que todos los centroafricanos puedan vivir en paz, independientemente de su etnia, cultura, religión y estado social. Se despidió para dirigirse al encuentro con las comunidades evangélicas.

 

Papa Francisco: Paz, perdón, unidad, tantas cosas, amor. Nosotros debemos trabajar en rezar, aprender de todo por la paz, pero la paz sin amor, sin amistad, sin tolerancia, sin perdón no es posible.

 

Se despidió para dirigirse al encuentro con las comunidades evangélicas, concluyó diciendo que este pueblo ha sido marcado por pruebas y violencia que provocan tanto sufrimiento; sin embargo, Dios no hace distinción entre los que sufren, manifiesta su ternura, compasión y misericordia, invitandolos a servir juntos con caridad. Posteriormente se dirigió a la Catedral de Bangui para el rito de apertura de la Puerta Santa.

 

Papa Francisco: Bangui se convierte hoy en la capital espiritual del mundo. El Año Santo de la Misericordia llega anticipadamente a esta tierra. Una tierra que sufre desde hace años la guerra, el odio, la incomprensión, la falta de paz. En esta tierra sufriente también están todos los países del mundo que están pasando por la cruz de la guerra.

 

Lanzó un llamado a todos los que empuñan las armas de este mundo. Diciendo que depongan esos instrumentos de muerte y se armen con justicia, amor y misericordia, garantías de auténtica paz.

 

Al día siguiente se encontró con la comunidad musulmana, diciendo que todos somos hermanos. Pidió unión para decir no al odio, no a la venganza, no a la violencia, en particular a la que se comete en nombre de una religión o de Dios, porque Él es Paz, Él es salam.

 

Finalizó su viaje con la celebración de la Santa Misa en el estadio de Boganda, retomó las palabras del Apóstol Pablo: “¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!”, como invitación a maravillarnos por la labor misionera del Don de la Fe, además de la alegría del Evangelio a la amada tierra de Centroáfrica. Haciendo énfasis en la otra orilla que se refiere a la vida eterna, al Cielo que aguarda por cada persona.

 

Agradeció a Cristo resucitado por tomar la mano de cada uno y guiarnos por el camino, llevándonos a seguirlo. Le pidió a los presentes que lo acompañaran a dar las gracias al Señor de la Misericordia por todo lo hermoso, generoso y valeroso que ha permitido se realice en las familias y comunidades, durante las vicisitudes que su país ha sufrido desde hace muchos años.

 

Mencionó que todos debemos pedir perdón al Señor por nuestras excesivas resistencias y demoras en dar testimonio del Evangelio. Finalizó pidiéndoles a los centroafricanos mirar al futuro y seguir a Dios, perseverando en la fe y compromiso misionero.

 

 

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