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Males sociales ensombrecen fiesta guadalupana: Mons. Enrique Glennie

Tras el tradicional canto de las Mañanitas de medianoche a la Virgen de Guadalupe, este 12 de diciembre, al cumplirse el 485 Aniversario del Acontecimiento Guadalupano, Mons. Enrique Glennie Graue, Rector de la Basílica de Guadalupe, celebró la Santa Eucaristía en este bello recinto mariano que lucía pletórico de peregrinos provenientes de diversos estados de la República Mexicana y del extranjero.

Durante su homilía, Mons. Enrique Glennie lamentó que esta jubilosa fiesta, en honor a la Virgen de Guadalupe, que ha reunido a multitudes devotas de nuestra Morenita, se vea actualmente ensombrecida por muchos males que aquejan a nuestra sociedad, provocada por nosotros mismos, por no entender que ser hijos de Dios y de María nos hace también hermanos entre nosotros. Dijo que existen entre los mexicanos muchos signos de muerte y de dolor, que sólo es posible erradicar con una inmensa fe y una férrea decisión de todos.

“Nuestra patria –externó– se encuentra sumida en un basurero de inmundicias que nos afectan a todos y nos empobrecen en nuestros valores y en nuestras esperanzas: violencia, injusticias, desigualdades, impunidad, miseria, muerte, etcétera; pero la peor de todas, y el origen de todas, me parece que es la corrupción. Corrupción significa romper, hacer pedazos, destruir. Significa la decadencia y la ruina de las conciencias, de los valores, de la justicia, de la confianza y de la dignidad, tanto del que la provoca como del que la sufre”.

Aseguró que la corrupción genera muchos de los males que hoy estamos padeciendo: abusos y prepotencia en todos los órdenes; injusticias incalificables; desigualdades sociales y económicas que cada día se acentúan más; violencia insensata que llega hasta el asesinato, cuyas víctimas siempre son los más débiles: mujeres, niños, pobres. “La corrupción se expresa en todos los niveles: político, económico, policial, social, religioso, ambiental, y ahora se hace acompañar de un cinismo y desvergüenza incalificables. Todos tenemos que decir un ‘¡mea culpa…!’, porque de alguna manera, a veces con nuestro silencio, hemos colaborado a incrementar estos niveles de corrupción, desde los pequeños sobornos, hasta mega proyectos que llenan los bolsillos de unos cuantos…”.

Finalmente, Mons. Enrique Glennie llamó a la sociedad a tomar conciencia de la responsabilidad que todos tenemos como sociedad, inspirados por la Virgen de Guadalupe, “que ha acompañado muchos momentos de cambio y reconstrucción de nuestra patria, para hacer de nuestro México un país más digno, más habitable, más justo y más hermoso. Ya lo expresaba con toda razón el Sr. Nuncio Franco Coppola, recientemente llegado a nuestro país: “No tengan miedo, ustedes tienen a la Virgen de Guadalupe… ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”.

 

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