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Ayuda a la Iglesia que Sufre se consagra a la Virgen de Guadalupe

Por petición y deseo del presidente internacional de la Oficina de Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), Johanes Heereman, y sus miembros, la organización católica dependiente de la Santa Sede quedó consagrada a la Virgen de Guadalupe luego de que monseñor Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), encabezara la ceremonia religiosa en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.

Durante el acto que se llevó a cabo este lunes en la quinta capilla del santuario de la Virgen Morena, el obispo auxiliar de Puebla reconoció la labor que dicha institución hace por medio de sus 20 oficinas en el mundo.

“Ayuda a la Iglesia que Sufre ha venido comprometiéndose desde hace muchos años, brindando auxilio material y espiritual a quienes más lo necesitan. Por eso, felicito a cada uno de sus miembros y bienhechores, e invito a muchos a que nos sumemos a este gran esfuerzo, que es muy concreto, para aliviar de alguna manera las penas que agobian a tantos hermanos nuestros”,externó.

En presencia del economista Carlos Carazo y la doctora Matilde Latorre, subdirector y delegada de la oficina de AIS en España, así como del padre Martín, asistente eclesiástico internacional de AIS, y los responsables de la oficina de AIS en México, Carlos Villa Roiz y José Luis Hernández Lozada, el secretario de la CEM pidió interesarse y preocuparse por los demás.

“Hagamos nuestro el dolor de tantas personas que son víctimas de la pobreza, la injusticia y la violencia. Pidamos por aquellos que, enfermos de egoísmo, han olvidado que todos somos hermanos y descartan a su prójimo, como si fuera un objeto o un enemigo”, manifestó.

Al continuar con su mensaje, Lira Rugarcía citó al Papa Francisco, quien recomienda hacer un esfuerzo para no desanimarse; “con la ayuda de Dios, sigan esperando en un futuro mejor, a pesar de las dificultades y obstáculos que ahora están enfrentando”.

Finalmente, al término de la ceremonia, el prelado obsequió a Johanes Heereman, quien a nivel internacional preside la AIS, una piedra del Tepayac, ya que ahí, en dicho cerro, la Santísima Virgen de Guadalupe posó sus pies y su imagen quedó estampada en el sencillo ayate de San Juan Diego.

“Por ello, queremos darles como regalo una sencilla pero simbólica piedra que proviene de las canteras del cerro del Tepeyac, para que sirva de aliento a continuar en su tarea de ayudar en la construcción del Reino de Dios en la Tierra”, detalló el obispo.

Por su lado, monseñor Carlos Garfias, arzobispo de Acapulco, refirió que AIS es un fuerte impulso “para muchos proyectos que pueden aterrizar en beneficio de aquellos que están siendo afectados por la violencia en varias partes del mundo, donde hay persecución de cristianos”.

Quien también concelebró la Eucaristía fue el padre Carlos Kahill, quien nació en Belén y es párroco de María Madre de la Iglesia, quien estuvo secuestrado por el autollamado Estado Islámico y ahora tiene más de 150 refugiados católicos en Jordania.

De acuerdo con el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), concluida la Santa Misa, Heereman se trasladó a sus oficinas en la Ciudad de México, donde convivió con los prelados que celebraron la Eucaristía, así como con el canónico Hugo Valdemar, director general de Comunicación Social del Arzobispado de México, y otras personalidades.

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