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A 9 años, inician los preparativos para celebrar los 500 años de la Aparición Guadalupana

Hoy en el Día de la Virgen de Guadalupe, inicia oficialmente la preparación para las celebraciones del 500 aniversario de las apariciones de la Santa Madre a San Juan Diego, con la Novena Intercontinental Guadalupana que dará el banderazo a nueve años de rezo y actividades para conmemorar la Aparición Guadalupana en el cerro del Tepeyac.

La Novena Intercontinental Guadalupana fue anunciada por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México; monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y Monseñor Salvador Martínez Ávila, Rector de la Basílica de la Virgen de Guadalupe.

De acuerdo con Aguiar Retes, los eventos de preparación de la celebración, a nueve años del aniversario 500 del Milagro Guadalupano, son apoyados y bendecidos por el papa Francisco, quien espera que con otras actividades que se llevarán a cabo en otras partes del mundo, más devotos se sumen a la gran fiesta.

“La expresión de esta relación la identificamos como cultura”, dijo Carlos Aguiar y recalcó que durante los próximos nueve años, los fieles van a dejarse conmover por el mensaje Guadalupano y por la presencia de la madre de México, que se caracteriza por llenar de alegría, ternura, amor, esperanza y fe los corazones de sus hijos.

Desde 2022, hasta el 09 de diciembre de 2031, se llevará a cabo la Novena Intercontinental Guadalupana para que el pueblo mexicano y todo el mundo vivan “la fiesta de la vida y del amor”, pues en el cumplimiento de medio milenio desde que la Virgen se le apareció a Juan Diego “queremos ir acercándonos festivamente”, subrayó Cabrera López.

La Novena Intercontinental Guadalupana tendrá cinco líneas de acción: Formación permanente en el Acontecimiento Guadalupano, investigación integral, promoción de una devoción informada y testimonial, difusión masiva del Acontecimiento Guadalupano y producción creativa.

Rogelio Cabrera López destacó que en medio de los estragos del COVID-19, las guerras, la violencia sin precedentes y la inquietud social, la Iglesia hace un llamado al mundo entero, para ponernos en las manos de la Santa Virgen de Guadalupe, para caminar sobre su ejemplo de amor y entrega.

Los representantes de la Iglesia destacaron que aún no hay acciones o actividades en concreto para la novena; sin embargo, se irán liberando poco a poco, por lo que pidieron a la población de América, Asia, Europa, África y todo el mundo, estar atentos para sumarse de cualquier manera a la celebración de los 500 años de la Aparición Guadalupana.

Aparición guadalupana, el milagro máximo de la fe

La Virgen de Guadalupe se apareció ante San Juan Diego el 09 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac y en náhuatl, le pidió que informara al obispo, en ese entonces fray Juan de Zumárraga, que se le edificara un templo en el que tanto indígenas como todos los pobladores iban a tener un lugar donde ser escuchados y purificados.

Ese mismo día, pero más tarde, la Madre de Dios volvió a aparecerse ante Juan Diego y ante las dudas del indígena de ser él el mensajero correcto para transmitir el mensaje, la Virgen se lo confirmó y le dijo que debía ser él quien entregará el mensaje al obispo y le insistió que tenía que verse con ella en el mismo lugar al día siguiente.

El domingo 10, cuando Juan Diego volvió al lugar en donde pactó con la Virgen María, le comentó a ella que el obispo le pidió una señal para dar fe a lo que él decía, a lo que la Madre de Dios respondió “mañana de nuevo vendrás aquí para que lleves al sacerdote la prueba, la señal que te pide. Con eso enseguida te creerá”.

Sin embargo, ante la grave enfermedad del tío de Juan Diego, él no volvió al día siguiente y fue hasta el martes 12, cuando el indígena rodeaba el cerro del Tepeyac para que la Virgen no se le apareciera, pues él iba por medicinas, cuando la Madre de Dios lo encontró y lo tranquilizó por el estado de su tío.

La Santa Madre le aseguró que su tío ya había sanado y lo envió a recoger rosas, que serían la señal que fray Juan de Zumárraga necesitaba. Juan Diego puso las rosas en su ayate y las llevó al obispo, y al desdoblar su regazo y al tiempo que las flores caían, fray Juan de Zumárraga se convirtió en la primera persona en ver la santísima imagen de la Virgen.

Al mismo tiempo que la Virgen se apareció ante Juan Diego ese martes 12 de diciembre de 1531, también se le apareció a su tío enfermo, Juan Bernardino, en su casa e hizo el milagro de curarlo. La Santa Madre de Dios le pidió que desde ese momento en adelante se refiriera a su preciosa imagen como la Siempre Virgen Santa María de Guadalupe.

 

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