@voxfides
El Espíritu Santo viene sobre los que rezan; hay que invocarlo para que nos asista.
La alegría, tan deseada, no se consigue por el hecho de desearla, sino que podrá venir como fruto de las acciones.
La misericordia de Dios lo puede todo, desata todo nudo, disipa el odio y el espíritu de venganza.
El dolor no es sólo un camino hacia la ira y la desesperación; si está basado en la fe, es un buen maestro de amor.
«Ad Iesum per Mariam», es decir, «a Jesús por María». Este lema de la tradición católica afirma que a Jesús se va a través de la Virgen María.