huellas
Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Otro escalón siniestro ( 1ª parte )

Recordando unas décadas atrás, a pesar de que ya había vicios en las personas, la sociedad tenía el orgullo de contar por lo general con una juventud sana y optimista, formada en valores tales como: la unión familiar, el respeto a la novia y la superación personal.

Hoy en día, esto es pasado de moda y todo libertinaje se interpreta como libertad o derecho a tal o cual cosa. Por ejemplo, el adolescente se rebela al consejo paterno y llega a altas horas de la madrugada o no llega, sin percatarse que el padre no busca controlarlo, sino ayudarlo a evitar un peligro o un accidente.

El otro día escuché en una conversación de una persona preparada y con un supuesto recto criterio, que cada quien tiene derecho sobre su cuerpo. Le cuestioné que en qué se basaba, y me dijo que es lo que dicta la sociedad actual y que es reflejo de la civilización moderna. Le dije entonces que deberíamos ser precavidos, no fuera a llegar el día en que se autoricen actitudes degradantes en el comportamiento, como ir a una cena con un olor nauseabundo, o actitudes aberrantes que ya se dan hoy en día, como el asesinato de un hijo ya presente en el vientre de su madre desde que es concebido.

Desafortunadamente, existe una gran desinformación por falta de formación, y muchos anhelan trascender por fama, éxito económico, poder, etc. No se comprende el verdadero sentido de este verbo que consiste, no tan sólo en dejar una huella personal del paso por esta vida, sino que consiste en actuar conforme lo dicta la naturaleza humana, para así poder llegar, con el favor de Dios, algún día a su presencia.

En la sociedad actual hay algunos sectores que hacen propuestas inconvenientes, en vez de buscar promover la superación en sus comunidades. Por ejemplo, en nuestro país el sector salud tiene déficit alarmante para proveer de ciertos medicamentos a sus derechohabientes. Se piensa autorizar la mariguana y la pregunta es: ¿dispone de una infraestructura y médicos con medicamentos suficientes para atender personas con sobredosis, heridos y accidentados?

¿Qué pasa con algunas autoridades y personajes de opinión que sugieren por respeto a la “libertad” la legalización únicamente “para consumo personal” de la mariguana? ¿Qué no saben que es una droga que hace adictos y los va embruteciendo, logrando hacerlos unos irresponsables laboralmente hablando y por tanto una carga social?

Si se deja abierta esta puerta a otro tentáculo del libertinaje, no nos extrañe que muchas personas con situación económica difícil se incorporen a su distribución.

La dignidad humana no es cosa de mujeres, sino del respeto que primero debemos tener al propio cuerpo y alma, pues somos templos vivos del Espíritu Santo, y también a las demás personas, pues todos somos hijos de Dios.

 

@voxfides

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