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Cristo Rey

Los laicos también podemos ser santos


Con la fiesta de Cristo Rey, llega también el día del laico.

Este año de manera especial, los obispos nos invitan a consagrarnos y consagrar nuestro país a Cristo Rey.

Y es verdad que nuestro querido México ha pasado por situaciones complicadas en el pasado, pero esta época que nos ha tocado vivir, también nos presenta retos muy fuertes que debemos enfrentar con santidad y de la mano de Jesús.

Un ejemplo de laico santo es Anacleto González, que se atrevió a defender su fe hasta dar su vida por ello.

Y creo que también es bueno presentarle a nuestros hijos estos ejemplos, para que ellos, si llegara el tiempo de dar testimonio de su fe, estén dispuestos a hacerlo.

Por eso aquí te dejo mis 5 Tips para educar a nuestros hijos en el deseo de ser santos y para que después lo puedan llevar a la práctica.

Primero. Explícales en qué consiste la santidad.

A veces tenemos un concepto equivocado de lo que es la santidad y penamos que debemos ser perfectos y no equivocarnos para ser santos.

La verdad es que esto es un mito. La realidad es que, para ser santos, sólo es necesario hacer las cosas con amor. Sí, hacer lo que nos toca hacer, en el rol de vida que tengamos, con y por amor.

Es necesario buscar hacer la voluntad de Dios en todo momento y aceptarla con amor, sin importar si nos caemos o nos equivocamos.

Lo único es que debemos siempre levantarnos y buscar reconciliarnos con Dios lo más rápido posible.

La verdad es que cuando haces las cosas con amor, buscas hacer el bien a todos los que te rodean y eso hace que nos caigamos menos.

Segundo. Presentarles modelos reales para seguir.

Platicando con una amiga me decía que en la actualidad se ve muy difícil esto de la santidad. Pero la verdad es que tenemos muchos ejemplos, actuales de que se puede ser santo, aun en nuestra época.

Quizá, debamos hacer más esfuerzo para lograrlo; quizá debamos ir contracorriente, pero es posible alcanzar la santidad en nuestros tiempos.

Y a nuestros hijos les ayuda mucho conocer vidas de personas que lo han logrado.

Si son pequeños podemos ponerles videos en caricatura. Si son más grandes, que lean sus vidas y en familia podemos ver película y hacer un cine fórum para analizar las virtudes que podemos tratar de imitar.

Tercero. Que hagan un propósito para cada día, semana o mes.

La voluntad se entrena, igual que los músculos de nuestro cuerpo, así que debemos hacer ejercicios para fortalecerla.

Y estos ejercicios son estos pequeños propósitos diarios; se les llaman ejercicios de virtud, esas pequeñas cosas que nos cuestan más, en la vida cotidiana.

Si educamos a nuestros hijos para que ofrezcan todo lo que les cuesta trabajo a lo largo de su día, los estaremos armando para la santidad.

Cuarto. Leamos Gaudete te exultate.

El papa Francisco nos ha regalado una exhortación apostólica donde nos dice que la santidad es posible.

Y nos da consejos de cómo podemos lograrlo.

Así que podemos leerla y después platicarla con nuestros hijos y hacer material para que nuestros hijos pequeños lo comprendan y lo lleven a la vida.

Quinto. Demos ejemplo a nuestros hijos, haciendo con amor lo que nos toca cada día.

La mejor forma de educar a nuestros hijos en la fe y en el amor a Dios y en las ganas de seguir el camino que Jesús nos enseñó es con el ejemplo.

Nosotros debemos ser santos de estos tiempos, de los que buscamos hacer lo que Dios nos pide y siempre, siempre con Amor.

Así nuestros hijos, por más pequeños que sean, comprenderán que ese es el estilo de vida que tenemos como familia y que así es como nos gusta vivir.

Así que los laicos podemos ser santos y debemos dar testimonio en el mundo.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de voxfides.com

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