Dejemos que el Espíritu Santo nos regale sus dones
Hay siete dones que el Espíritu Santo nos da: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, fortaleza y piedad.
Hay siete dones que el Espíritu Santo nos da: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, fortaleza y piedad.
Es primordial y necesario, tal vez hoy más que nunca, educar en el sentido de justicia y fomentar la cultura de la legalidad.
La justicia es una virtud social por excelencia. No fácil de obtener, pero indispensable para alcanzar la paz.
Aristóteles decía que el rasgo distintivo del hombre prudente es el ser capaz de deliberar y de juzgar de una manera conveniente.
La cultura moderna no tiene medios para enfrentarnos a la muerte. En cambio, la fe cristiana nos ofrece recursos asombrosos y suficientes.
En estos tiempos dramáticos, la solución está en redescubrir la virtud. Si practicar la virtud fuera lo normal, el mundo sería feliz.
El soberbio es aquel que cree ser mucho más de lo que es en realidad.
La Pascua no solo es un día, son 50 días por lo que debemos hacer una gran fiesta.
La persona vanidosa cree que su persona, sus logros y sus éxitos deben ser mostrados a todo el mundo: es un perpetuo mendigo de atención.
Después del camino cuaresmal, toca el turno a los días santos donde acompañamos a Jesús en su pasión, muerte y Resurrección.
En la base de la envidia hay una relación de odio y amor: uno quiere el mal del otro, pero en secreto desea ser como él.
La oración es un gran sustento para el trabajo de la voluntad y, sobre todo, para la familia y para papá.