El tiempo ordinario puede ser extraordinario
Llevar una vida extraordinaria no solo depende de nuestros esfuerzos, sino que depende de que pongamos todo en manos de Dios y hagamos lo que nos toca de la mejor manera.
Llevar una vida extraordinaria no solo depende de nuestros esfuerzos, sino que depende de que pongamos todo en manos de Dios y hagamos lo que nos toca de la mejor manera.
Jesús nos da muchas lecciones, entre ellas, de humildad, de pobreza, y sobre todo de amor, pues siendo todo un Dios, se hace hombre para morir y así redimirnos.
Es necesario que el papa Francisco preste atención a las formas de comunicar sus enseñanzas, por más hermosas e importantes que estas sean.
Las bendiciones ni son o pueden ser rituales ni tienen nada, pero absolutamente nada tienen que ver con la aprobación de alguna conducta humana contraria a la voluntad de Dios.
San Pablo describe a la Iglesia como un cuerpo con sus diferentes miembros, para explicar la variedad de sus carismas.
La Iglesia extiende la celebración de la Navidad durante ocho días y nosotros, como familia, debemos hacer lo mismo y que el ambiente familiar sea festivo.
En la vida espiritual es importante la sencillez para no complicarse. El Señor nos invita a ser sencillos como palomas.
Las posadas nos ayudan a terminar de preparar nuestro corazón para la Navidad.
La misericordia de Dios es la esencia de toda la historia de la Salvación, el porqué de todos los hechos salvíficos.
Está el peligro de considerar a Dios como alguien ambiguo, nebuloso o incluso como algo, como algunos que lo suponen como una energía.
Es bueno que preveamos poder ir a Misa en familia, rezar el santo Rosario y que tengamos un tiempo para platicar sobre el acontecimiento guadalupano con nuestros hijos.
“La esperanza es como el azúcar en el café, tan solo unos granos endulzan y ayudan a pasar los ratos amargos de la vida”.