
La santidad es posible en nuestros días. Eduquemos a nuestros hijos para que deseen ser santos
Si nuestras obras están basadas en el Amor, seguro serán obras buenas y no tendrán cabida los malos sentimientos o pensamientos.
Si nuestras obras están basadas en el Amor, seguro serán obras buenas y no tendrán cabida los malos sentimientos o pensamientos.
El deseo del encuentro con Dios ha sido tan fuerte en algunos que no han dudado incluso en dar la vida.
Con la necesaria formación litúrgica seguiremos asombrándonos en cada celebración.
El asombro es maravillarnos al experimentar la fuerza de los símbolos, que nos remiten a la presencia de Dios vivo y presente.
El rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina.
La música tiene su lenguaje escrito y la obra se escribe en partituras que son las que señalan cómo ha de tocarse cada obra musical.
El Espíritu Santo es quien a través de los Sacramentos transforma toda nuestra vida, conformándonos cada vez más con Cristo.
“Deja que tu sonrisa cambie el mundo, pero jamás dejes que el mundo cambie tu sonrisa”.
Todos los hombres podemos rendir un culto digno a Dios si nos unimos a Cristo por el Bautismo.
El papa Francisco explica que la oración para bendecir el agua bautismal nos revela que Dios creó el agua precisamente en vista del bautismo.
La mayoría de los católicos, queriendo congraciarnos con el mundo, hemos cambiado el amor a Cristo por un amor a lo mundano.
La elección de Karol Wojtyla no se hubiera comprendido si antes el mundo no hubiera conocido la sonrisa esperanzadora de Albino Luciani.