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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Con el Domingo de Ramos damos paso a la Semana Santa o Semana Mayor de nuestro calendario litúrgico

Después del camino cuaresmal, toca el turno a los días santos donde acompañamos a Jesús en su pasión, muerte y Resurrección, que es nuestra máxima fiesta, la razón de nuestra fe, ya que con ella Dios nos gana la salvación y nos regresa la posibilidad de que, si vivimos conforme a Su Voluntad, podamos vivir con Él eternamente en la gloria celestial. 

Los últimos años hemos vivido la Semana Santa de manera irregular, pero este año tenemos, gracias a Dios, la oportunidad de vivirla intensamente y en familia, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Estudien y compartan un poco que sucede cada día.

Es necesario que cada año nos ubiquemos en lo que Jesús ha hecho por cada uno de nosotros y que nos lo apropiemos, es decir, que lo asumamos, porque “lo que no se asume no se redime”.

Desde el Domingo de Ramos con su júbilo, donde aclamamos a Jesús como Rey, lo acompañamos con las palmas y gritamos con alegría, hasta el Domingo de Resurrección donde ya la alegría se convierte en gozo pleno y nuestros corazones deben estar exultantes, pasamos por diferentes momentos y emociones que es muy bueno comentar en familia. 

Para que nuestros hijos pequeños verdaderamente nos acompañen en estos días santos y entiendan qué pasa en ellos, podemos preparar material didáctico para que cada día iluminen y trabajen las actividades antes o después de cada oficio. 

Recordemos que siempre nos podemos apoyar del material que nos preparan algunos canales y grupos católicos como Flor y Canto. Santa María Reina de la Paz.

SEGUNDO. Acomoden las agendas para vivir cada oficio juntos.

Es necesario darnos tiempo para revisar en nuestra parroquia los horarios en que se realizarán los oficios para tratar de acomodar nuestras agendas y poder asistir a la mayoría de ellos en familia. 

Muchas veces no es tan fácil acoplarnos todos los miembros de la familia a los horarios de la parroquia por lo que podemos revisar en las parroquias cercanas para ver como armamos nuestro itinerario en esta semana mayor. 

No dudemos en asistir a los oficios de preferencia en nuestra parroquia porque es nuestra comunidad y eso los hace especiales.

TERCERO. Los que no pueden asistir a todos por trabajo, que lo hagan digitalmente.

En la actualidad, ya tenemos la posibilidad de tener digitalmente acceso a los oficios para que, en caso de emergencia, de imposibilidad por el trabajo o por enfermedad, los podamos vivir.

Esto no quiere decir que dejemos de asistir presencialmente a nuestra parroquia, sino que siempre tenemos este auxilio para los miembros de la familia que así lo necesiten. 

Es necesario entonces tener lista la página de donde los vamos a tomar y conocer también los horarios de las transmisiones para disponerlos a vivirlos con mucha devoción y en unidad con el resto de la familia. 

CUARTO. La Semana Santa también es espiritual.

Es importante que estemos dispuestos a vivir plenamente la Semana Santa por lo que la parte espiritual también debe estar presente. 

Tomemos en cuenta que a partir del viernes, con el ayuno y la abstinencia, el Vía Crucis, la adoración de la Cruz, etc. es necesario que acompañemos a Jesús en el silencio, la oración, el recogimiento y sobre todo en nuestro interior.

En familia podemos adoptar algunas costumbres, signos visibles, que nos ayuden a vivir más intensamente estos días. 

Podemos dejar de hacer algo que nos guste mucho, para fomentar la mortificación y el espíritu de sacrificio, podemos hacer ayuno conforme lo marca la Iglesia y todos juntos apoyarnos para que sea más fácil, etc. 

Sólo no debemos olvidar que cada miembro de la familia puede tener su propia espiritualidad o estilo personal para vivir estos días, pero también podemos todos poner un poco de nuestra parte para vivir esta Semana Santa familiarmente.  

Y QUINTO.  Prepárense para vivir y celebrar la Pascua en familia.

La Semana Santa no tendría sentido si nos quedamos solo en ella, es necesario tener la mirada en la meta que es acompañar a Jesús en la Resurrección, la máxima fiesta de nuestra fe. 

Se trata de que no perdamos de vista que todo lo que vivió Jesús fue para expiar nuestros pecados, hacer méritos ante Dios Padre y así abrirnos otra vez las puertas del cielo y regalarnos la vida eterna, siempre que en vida hagamos Su Voluntad. 

Como familia tenemos una misión y si la cumplimos, estaremos poniendo lo que está de nosotros para ganar ese lugar que Jesús ya nos ha apartado a su lado por toda la eternidad. 

Por eso estamos a tiempo para celebrar en grande en familia la Pascua. 

Que Dios nos conceda una santa Semana Santa.

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