Que Cristo reine en nuestra familia y en la sociedad
Si Cristo es nuestro rey, no deberíamos tener problema para regalarle una hora de nuestra semana para asistir a Misa.
Si Cristo es nuestro rey, no deberíamos tener problema para regalarle una hora de nuestra semana para asistir a Misa.
La oración es ese diálogo amoroso que tenemos con Dios que puede ser por medio de fórmulas ya establecidas o con una sencilla conversación a lo largo de nuestros días.
El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
Es bueno que eduquemos a nuestros hijos a orar por cada uno de ellos y mucho mejor si lo hacemos en familia.
Tú eres el soporte y el elemento de seguridad familiar. Y la paciencia debe ser la base de todas tus acciones.
Hay siete dones que el Espíritu Santo nos da: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, fortaleza y piedad.
La Pascua no solo es un día, son 50 días por lo que debemos hacer una gran fiesta.
Después del camino cuaresmal, toca el turno a los días santos donde acompañamos a Jesús en su pasión, muerte y Resurrección.
La oración es un gran sustento para el trabajo de la voluntad y, sobre todo, para la familia y para papá.
Debemos recordar que no hay amor más grande que el que da la vida por sus hermanos, sobre todo los que están más necesitados
Orar es dialogar con Dios con calma y sin presiones, porque orar lleva tiempo. Tiempo para hablar y tiempo para escuchar, por lo que en realidad es un diálogo entre nosotros y Dios.
Llevar una vida extraordinaria no solo depende de nuestros esfuerzos, sino que depende de que pongamos todo en manos de Dios y hagamos lo que nos toca de la mejor manera.