Este Don madura en nosotros una sintonía con el Señor, que nos lleva a preguntarnos constantemente: ¿Qué es lo que el Señor desea?, explica el Papa.

Comienza la Pascua. La fuente de la alegría
Para alimentar esta alegría, podemos seguir el ejemplo de aquellas mujeres: ir al encuentro del Resucitado, ya que Él es la fuente de una alegría que nunca se agota.