
Señor, ¡Que no sé hacer oración! (19 y última)
Ojalá que estas sugerencias despierten en tu vida un nuevo horizonte: vale la pena estrechar los lazos de amistad con Dios, a través de la oración.
Ojalá que estas sugerencias despierten en tu vida un nuevo horizonte: vale la pena estrechar los lazos de amistad con Dios, a través de la oración.
No podemos terminar sin poner nuestra atención en la oración vocal, una forma de oración a veces poco comprendida, pero de indudable valor.
La oración no es problema de hablar o de sentir, sino de amar. Y se ama, esforzándose en intentar decir algo al Señor, aunque no se diga nada”.
El mejor sitio para orar es frente a Jesús Sacramento (además, ganas muchas indulgencias; y si es durante media hora, ganas indulgencia plenaria).
Al acabar tu oración, da gracias Dios por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que te comunicó, y pídele su ayuda para ponerlos por obra.
Otro modo de hacer oración es dividirla en 3 partes: un para dar gracias a Dios, otra para pedirle perdón y el resto para pedirle favores y alabarlo.
San Juan Neumann: “Ten piedad de mí pues, a donde quiera que miro, no veo sino obstáculos”.
San Agustín: “¡Ten misericordia de mí! Yo no Te oculto mis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; Tú eres misericordioso, y yo soy miserable”.