
La Santísima Virgen María, modelo de madre y educadora
Podemos educar a nuestros hijos desde pequeñitos para que aprendan a guardar todo en su corazón, sin rencores ni resentimientos, volviendo lo vivido una ofrenda agradable a Dios.
Podemos educar a nuestros hijos desde pequeñitos para que aprendan a guardar todo en su corazón, sin rencores ni resentimientos, volviendo lo vivido una ofrenda agradable a Dios.
La batalla cultural de mostrar que el embrión es una maravilla y de que no hay nada como ser madre, para que el camino del aborto sea cada vez menos socorrido.
La paternidad debe flexibilizarse y ser capaz de asumir también los roles que antiguamente eran feudo exclusivo de la mujer.
Al comenzar este nuevo año, veamos qué tenemos en el corazón, si tenemos al Señor o son otros intereses, como la riqueza, el placer o el poder.
La señora María del Socorro Sara es ejemplo de lucha y de fe porque, con la ayuda de Dios, ha logrado vivir 80 años en los que ha ayudado a formar a sus hijos y familias.
En el mes de mayo se recuerda a la Virgen María, no sólo porque es un referente para muchos de los mexicanos como “nuestra madre”, sino también porque la Virgen María es conocida como la Madre de Dios y la Madre de la Iglesia, debido a su importante papel en la vida de Jesús.
El cielo y el infierno es un misterio, se dice que el cielo es un lugar dónde somos felices, pero si nos separan de nuestros seres queridos ¿cómo poder serlo? Por ello el Evangelio, responde que en el cielo somos como ángeles, que no se casan ni se da el matrimonio.
El primer contacto del recién nacido con su madre, parecería anecdótico o sentimental; pero no: es fundamental para su desarrollo.
En la celebración del “Día de la Madre” se da la paradoja de: lo más valioso es la madre, pero cada vez menos mujeres quieren ser mamá.
Sara Winter, una de las fundadoras de Femen Brasil, ha pasado de ser una feminista agresiva, fanática y blasfema, a convertirse en una madre pro-vida.
Invita a cambiar lo negativo en positivo, pero recuerda que sólo se puede hacer con la gracia de Jesús, por lo que nunca se debe dejar de rezar.
Urge en la sociedad tener hacia los ancianos un sentido colectivo de gratitud por lo que son y lo que han dado, y aprovechar su experiencia y sabiduría.