
¿Dichoso el que llora? “Alegraos y regocijaos” (7)
El dolor vino como consecuencia del pecado, pero una vez entrado en la vida del hombre, el Señor logró que pudiéramos aprovecharlo para nuestro bien.
El dolor vino como consecuencia del pecado, pero una vez entrado en la vida del hombre, el Señor logró que pudiéramos aprovecharlo para nuestro bien.
Hoy en día algunos piensan que pueden prescindir de Dios para salvarse, piensan que porque “no matan, ni roban” ya se merecen el Cielo. Pero se olvidan que es gracias a Jesucristo que el Cielo se ha abierto para el hombre.
Jesús invita a alegrarse en el caso de padecer por Él, “porque vuestra recompensa será abundante en los cielos”.
La fiesta de la Misericordia es entonces la fiesta de la realidad: la realidad de amor de Dios que nos quiere como somos y nos eleva.
El Papa Francisco dijo que “creemos y sabemos que la muerte y el odio no son la última palabra pronunciada sobre la vida humana. Ser cristianos implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza”.
La diferencia entre hombre y mujer está en la propia estructura del ser humano, su modo natural de ser, mujer u hombre, no en la cultura.
La familia, fundada a partir de la unión de un hombre y una mujer, no puede ser reemplazada; y cuando se destruye, la sociedad en su conjunto se colapsa.
Es importante reiterar que el matrimonio es, y será siempre, una alianza por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y amor.
Ante el anuncio de EPN, la Iglesia refrenda que matrimonio es entre hombre y mujer; incluso, una relación sexual sólo tiene sentido entre hombre y mujer.
El Papa Francisco dio un contundente mensaje contra la “Cultura del Descarte” a los líderes mundiales reunidos en la sede de la ONU.
La comunicación con los demás y con Dios es indispensable para vivir en armonía, así como tomar acciones en favor de los más necesitados, dice
La Maestra Estela Santillana explica para Vox Fides que la entrega del hombre y la mujer es un reflejo muy pequeño del amor eterno e infinito de Dios.