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Caminemos juntos como discípulos y misioneros
Entrevista a Mtra. Estela Santillana; Teología del Cuerpo

Juan Pablo II propone ver al matrimonio con los ojos de Dios

Hola:

 

Hoy hablaremos del término Teología del Cuerpo, que últimamente está de moda. Podemos decir que es lo último en la explicación de nuestra existencia, dada por Juan Pablo II. ¿Por qué digo de nuestra existencia? Porque la sexualidad es parte de nosotros mismos, es la esencia; hablar de amor implica hablar de la sexualidad. Nos entendemos como hombres y como mujeres.

 

¿Cuándo empezó la Teología del Cuerpo?, ¿quién nos la propone? Juan Pablo II, que es un hombre también producto de su tiempo, tenía bastante relación con los jóvenes y entendía la problemática en la que estaban sus situaciones, totalmente conocedor en esa pastoral que él tenía. Y empieza a ver, empieza a descubrir con ayuda del Espíritu Santo, con esa docilidad que a él lo caracteriza… la grandeza del ser hombre y del ser mujer.

 

Y él nos invita a ponernos estos lentes. Parece que llevamos un gran tiempo usando otros lentes, que parece que también están de moda: los lentes para sol. Pero no me permiten muchas veces verme a mí mismo como Dios me ve, ver al otro y ver a Dios, lo que nos lleva a una desconfianza.

 

Juan Pablo II lo que propone es ver la sexualidad, ver el encuentro de hombre-mujer, esa entrega conyugal que tiene su máxima expresión en el matrimonio, con los lentes de Dios, con los ojos de Dios.

 

Nos invita primero a vernos como don; yo soy un don, yo soy un regalo primeramente para mi marido -llevo 19 años casada con él- y Dios, a través de mí, le da y le comunica gracia a mi marido en ese encuentro, en el encuentro íntimo donde se cumplen las promesas matrimoniales, y él también lo es para mí.

 

Pero… es un reto, es un reto quererme ver de forma diferente, es un reto querer ver a los demás de forma diferente, de la forma que trae la auténtica felicidad. Este amor que Juan Pablo II nos explica, es enseñado por el mismo Jesús que es camino, verdad y vida: amarnos de forma libre, total, fiel y fecunda. No nos perdamos de la verdadera felicidad, la felicidad con nuestro cuerpo y la felicidad de amar con todo, con todo el cuerpo que Dios nos ha dado.

 

Juan Pablo II nos invita a reflexionar…

 

… y a ver en esta entrega que puede tener el hombre y la mujer a través del cuerpo, como un reflejo del amor trinitario que Dios vive. Sí, Dios es comunidad, comunidad de amor, un amor infinito, un amor eterno, incondicional, donde el Padre ama al Hijo y como fruto de ese amor está el Espíritu Santo.

 

La entrega del hombre y la mujer está llamada a ser ese destello, un reflejo aunque sea muy pequeño de ese amor eterno e infinito de Dios, en donde nuestros cuerpos, en el libro “El Cantar de los Cantares”, nuestros cuerpos hablan un leguaje, un lenguaje que al ser libre, total, fiel y fecundo, refleja a Dios.

 

Todos podemos cantar esa melodía; de hecho, el cuerpo por sí mismo la canta. El asunto es ¿estamos entonados con la melodía de Dios?, o ¿estamos cantando esa letra en ese tipo de entregas que está viviendo el mundo?

 

Estamos cantando una letra, pero de forma desafinada, dando un sonido verdaderamente estridente. Estamos llamados a cantar melodiosamente, entonados con el plan de Dios que nos trae una felicidad profunda, verdaderamente grande. Estamos llamados a un banquete, no a llenarnos y a llenar nuestras necesidades y a satisfacer nuestra hambre en un basurero.

 

 

 

@voxfides


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