En China se estima que hay 10 millones de católicos, 0.7% de la población del país, y a pesar de ser tan pocos, el gobierno comunista no deja de amedrentarlos.
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El Papa nos invita a no bajar la guardia respecto a la pobreza, porque no es posible olvidar a los pobres y seguir el Evangelio.
La santidad es un ofrecimiento de la propia vida por los demás, sostenido hasta la muerte.
En la vida no es necesario tenerlo todo bajo control. Basta con elegir cada día amar con libertad, para ser felices.
Se dice que la esperanza es lo que hace que sigas respirando, incluso cuando la presión de la vida te está asfixiando. Pero esa esperanza ha de estar bien apoyada en algo verdadero y confiable.
Recordemos que la boca habla de lo que está lleno el corazón.
