
Acoger a Jesús en familia
Los actos de amor pueden ser cosas que nos cuestan trabajo hacer, pero que en este tiempo haremos por amor a Dios, por amor al Niño Jesús y por amor a nosotros.
Los actos de amor pueden ser cosas que nos cuestan trabajo hacer, pero que en este tiempo haremos por amor a Dios, por amor al Niño Jesús y por amor a nosotros.
San José es el modelo de padre, por haber tenido el honor de ser el papá terrenal de Jesús y tener que defender a su hijo de las asechanzas de quienes querían dañarlo.
La pobreza no depende de nosotros, ningún pobre ha escogido por voluntad propia vivir así.
Dar la vida es cuidar de los demás, en especial de aquellos que son responsabilidad muy cercana, comenzando con la familia.
La vida no es una carrera, sino un viaje que debe disfrutarse a cada paso que das.
La familia debe ser un lugar seguro para cuidar la vocación de nuestros hijos y donde haya un ambiente adecuado a lo que cada uno de ellos va descubriendo.
La mayoría de la gente es “buena”, pero mucho de eso bueno se lo guarda para sí, para su familia o un pequeño círculo.
“Para bailar el tango hacen falta dos”, lo que significa que en las crisis y vida conyugal hace falta que las dos partes tengan la voluntad de evitar el conflicto.
La vida de la fe se aprende con la vivencia cotidiana, ya que no es una ciencia, es fe.
La peor secuela de la pandemia será tener mucho miedo, ansiedad, depresión, angustia, rencor, rabia, furia y mucha incertidumbre.
El verdadero amor no “se acaba”, se abandona, se destruye, no es un acabarse inherente al amor, sino un resultado de lo que sobre ese amor hacemos o dejamos de hacer.
Inicia el adviento porque se acerca Navidad, pero ahora lo viviremos muy diferente porque podremos reflexionar sobre el por qué existe esta época de preparación.