
Un tesoro escondido / La enfermedad es una escuela
Cuando en casa hay alguien enfermo, se viven heroicidades escondidas que se realizan con ternura y con valentía. ¡Son caricias de Dios!, dice el Papa.
Cuando en casa hay alguien enfermo, se viven heroicidades escondidas que se realizan con ternura y con valentía. ¡Son caricias de Dios!, dice el Papa.
En la familia es importante educar a los hijos desde pequeños para que sean sensibles y solidarios ante la enfermedad… y la comunidad también, dice.
En la Audiencia general del miércoles 3 de junio el Papa Francisco habló acerca de la pobreza que pone a prueba a las familias y las hace vulnerables.
El perdón siempre es el acto más difícil porque implica reconocer nuestras fallas y darle la razón a la otra persona.
“Si la educación familiar recobra su protagonismo, muchas cosas cambiarán para bien”, destaca el Papa Francisco en su Audiencia del miércoles.
¡Cuán hermoso es el aliento que el anciano logra transmitir al joven que busca el sentido de la fe y de la vida! Ésa es la vocación de los ancianos.
El Papa Francisco tiene razón cuando pide apuntalar la raíz familiar en toda sociedad. A buenas familias, buenos líderes y buen curso del país.
Los ancianos son una riqueza, son la reserva de sabiduría de nuestro pueblo. Y si no aprendemos a tratarlos bien, así nos tratarán a nosotros.
Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad. No son un problema de biología reproductiva, y menos una posesión de los padres… Son un don.
Tomando la enseñanza del Buen Pastor, para la mayoría de quienes tenemos responsabilidad de ver a nuestras ovejas, ¿Hasta dónde llegamos en cuidarlas?
Los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos. El no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cerrar.
La ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser incluso muy graves.