
Virtudes y vicios (10). “Eres tan vanidoso”
La persona vanidosa cree que su persona, sus logros y sus éxitos deben ser mostrados a todo el mundo: es un perpetuo mendigo de atención.
La persona vanidosa cree que su persona, sus logros y sus éxitos deben ser mostrados a todo el mundo: es un perpetuo mendigo de atención.
En la base de la envidia hay una relación de odio y amor: uno quiere el mal del otro, pero en secreto desea ser como él.
El complejo de Eróstrato que es el deseo de sobresalir a toda costa es una tentación permanente hoy en día.
Continuando con su reflexión sobre el amor en “Amoris laetitia”, el Papa aborda la tercera característica que cita San Pablo: “El amor no tiene envidia”.
El rey Saúl le tiene envidia a David que por derrotar a Goliat es admirado por todos. La envidia, los celos, la murmuración, son las armas del diablo.