
El sentido profundo de la Semana Santa
El rencor y los resentimientos son la escoria del egoísmo y desagradables al Creador.
El rencor y los resentimientos son la escoria del egoísmo y desagradables al Creador.
Las buenas acciones, esas llamadas de misericordia, son siempre la ayuda a otros, no la autosatisfacción.
Muchas veces al rezar, lo hacemos únicamente por nosotros mismos, mostrando cierta forma de egoísmo; arreglemos eso y recemos no solo por uno sino por todos nuestros hermanos y hermanas.
En ocasiones la tristeza está causada por el egoísmo. Sucede cuando se vive sólo para uno mismo, es una “autorreferencialidad”, sin tener en cuenta a los demás.
El Papa Francisco habla de la creación que Dios puso en nuestras manos y que el egoísmo termina por destruir las cosas que nos han sido confiadas.
La “paternidad” entró en crisis. Es hora de que el péndulo halle el justo medio, porque ni el egoísmo ni el individualismo dan felicidad al ser humano.