
¿Dichoso el que llora? “Alegraos y regocijaos” (7)
El dolor vino como consecuencia del pecado, pero una vez entrado en la vida del hombre, el Señor logró que pudiéramos aprovecharlo para nuestro bien.
El dolor vino como consecuencia del pecado, pero una vez entrado en la vida del hombre, el Señor logró que pudiéramos aprovecharlo para nuestro bien.
La Iglesia en Colombia está llamada a empeñarse con mayor audacia en la formación de discípulos misioneros, así como lo señalamos los obispos reunidos en Aparecida.
El Hijo de Dios ha entrado en el dolor de los hombres, lo compartió y recibió la muerte; su Palabra es palabra de consolación, porque nace del llanto, explica.
México dice honrar a sus muertos, pero paradójicamente nos sumimos en la indiferencia hacia los miles de fallecidos víctimas del crimen organizado.