
La Belleza de la Liturgia (6). Sacrificio por amor
El dolor esconde una belleza que a veces no se valora. Nuestra naturaleza conlleva un instinto para conservarnos, que es muy positivo.
El dolor esconde una belleza que a veces no se valora. Nuestra naturaleza conlleva un instinto para conservarnos, que es muy positivo.
Debemos tener claro que el gozo no siempre es inmediato, a veces es necesario padecer mucho para obtener un gozo mayor de cada situación.
Cuando alguien pone con sinceridad todos los medios para salvar su matrimonio y aun así se rompe, está dando un valiosísimo testimonio del valor del sacramento.
La alegría es uno de los doce frutos del Espíritu Santo que San Pablo menciona y que el Catecismo de la Iglesia Católica recoge.
El dolor es ambivalente: nos puede destruir interiormente o nos puede hacer crecer, madurar, ser más humanos y comprensivos con nuestros semejantes.
A veces el sufrimiento, el dolor o la muerte pueden provocar una disminución de la fe. Por ello, San Pablo recuerda que la Cruz es parte de la fe.
La pandemia nos ha golpeado a todos, pero es verdad que particularmente a quienes han perdido un ser querido o incluso varios.
Cuando los apoyos humanos se desvanecen, no nos queda sino mirar a Dios. Si somos cristianos sabemos que nunca nos rechaza.
Hay personas que ven un panorama oscuro del que están cansados, y piensan en que el suicidio es la única opción para escapar de sus dolores y problemas.
La paradoja de las bienaventuranzas al proponer la felicidad para los que lloran o son perseguidos se resuelve al comprender que se sufre por amor.
Muchos casos se vive como si Dios no existiera, se vive de espaldas a Él y se pretende ignorar su Presencia de nuestras vidas.
Estamos ante el rechazo a la verdad, difícilmente será bien recibida por las personas y esto crea un vacío existencial, que se llama nihilismo.