
Sobre la muerte
La muerte es una realidad a la que los seres humanos tememos enfrentarnos, por ello ni siquiera nos gusta pensar en ella.

La muerte es una realidad a la que los seres humanos tememos enfrentarnos, por ello ni siquiera nos gusta pensar en ella.

Orar es platicar con Dios, una acción que es mucho más sencilla cuando los papás enseñan a sus hijos a relacionarse con el Señor.

La verdadera libertad se alcanza al experimentar el amor de Dios. Jesús rompió la esclavitud del pecado, para que seamos capaz de amar y entrar en unión con Dios.

Dios es paciente con nuestras faltas porque espera nuestra conversión. Ello nos da mucha esperanza.

La escucha, la contemplación y la oración son parte integrante de la lucha contra las desigualdades y las exclusiones, y a favor de alternativas que sostengan la vida.

David era una persona sensible que amaba la música, la poesía y el canto, y las volvía oración: en un himno de alegría, en un lamento o para confesar su pecado.

El papa nos invita introducir la oración en nuestra vida, y dejarnos cambiar por Dios, pues Él sabe cómo hacerlo, porque nos conoce a cada uno de nosotros.

Es necesario que nuestros hijos se den cuenta de la importancia que tiene y de los dones y frutos que nos regala el Espíritu Santo.

Dios siempre está a la espera que sus hijos le hablemos a través de la oración. Es paciente y siempre nos responde.

Dios siempre escucha nuestra oración, aunque nosotros no sintamos que está ahí y que nos oye.

Muchos casos se vive como si Dios no existiera, se vive de espaldas a Él y se pretende ignorar su Presencia de nuestras vidas.

Nada escapa a la Providencia de Dios quien ha permitido esta situación y nos da los medios extraordinarios para que alcancemos la unión con Él en la pandemia.