
El legado de Morricone
La verdadera libertad se alcanza al experimentar el amor de Dios. Jesús rompió la esclavitud del pecado, para que seamos capaz de amar y entrar en unión con Dios.
La verdadera libertad se alcanza al experimentar el amor de Dios. Jesús rompió la esclavitud del pecado, para que seamos capaz de amar y entrar en unión con Dios.
Dios es paciente con nuestras faltas porque espera nuestra conversión. Ello nos da mucha esperanza.
La escucha, la contemplación y la oración son parte integrante de la lucha contra las desigualdades y las exclusiones, y a favor de alternativas que sostengan la vida.
David era una persona sensible que amaba la música, la poesía y el canto, y las volvía oración: en un himno de alegría, en un lamento o para confesar su pecado.
El papa nos invita introducir la oración en nuestra vida, y dejarnos cambiar por Dios, pues Él sabe cómo hacerlo, porque nos conoce a cada uno de nosotros.
Es necesario que nuestros hijos se den cuenta de la importancia que tiene y de los dones y frutos que nos regala el Espíritu Santo.
Dios siempre está a la espera que sus hijos le hablemos a través de la oración. Es paciente y siempre nos responde.
Dios siempre escucha nuestra oración, aunque nosotros no sintamos que está ahí y que nos oye.
Muchos casos se vive como si Dios no existiera, se vive de espaldas a Él y se pretende ignorar su Presencia de nuestras vidas.
Nada escapa a la Providencia de Dios quien ha permitido esta situación y nos da los medios extraordinarios para que alcancemos la unión con Él en la pandemia.
Mirar a la Iglesia como una madre nos hace entender que la Iglesia Católica procura la armonía de todos sus fieles.
El papa Francisco llama a que desde la familia difundamos el amor y los valores de Dios.