
¿Acaso soy yo, señor?
El abandono, la negación y hasta la traición nos caracteriza a quienes prometimos ser leales y valientes soldados de Cristo.
El abandono, la negación y hasta la traición nos caracteriza a quienes prometimos ser leales y valientes soldados de Cristo.
Gracias a la pasión y muerte de Jesús por nosotros, no sólo fuimos perdonados, redimidos, sino que además nos consiguió la gracia de poder ser hijos de Dios.
El tema de por qué Jesús eligió salvarnos a través de su sufrimiento en la Cruz es una paradoja.
La muerte es una realidad a la que los seres humanos tememos enfrentarnos, por ello ni siquiera nos gusta pensar en ella.
El papa Francisco nos invita a mirar la Cruz, desde la cual Jesús nos muestra su infinito amor.
El Papa Francisco dirigió una oración especial para pedir a Dios que cese el coronavirus; además, impartió la bendición Urbi et Orbi.
Cada vez que veamos una cruz, hemos de ver en ella el inmenso amor de Dios por nosotros y agradecérselo.
Lo sagrado es, por definición, aquello que se sustrae del uso común. Y si es así, es porque para algún grupo de la sociedad, representa algo de sumo valor.
Juan ha dejado de ser un adolescente; pasa, por la madurez, que ha adquirido, con todas las características de la edad, a partir de los diez y ocho años. Entonces empieza para Juan una vida nueva.
La Cruz de los jóvenes y el ícono de Santa María, que acompañan las Jornadas Mundiales de la Juventud, recorren el país, este sábado en la Ciudad de México.
A veces alguien puede pensar: “Yo me salvo al portarme bien”, y no tiene en cuenta que si es salvado no es por sí mismo, sino por Jesucristo que murió en la cruz.
En esta Cuaresma, el Papa Francisco invitó a contemplar el crucifijo, porque la cruz no es un adorno más para llevar o colgar, sino “el símbolo de la fe cristiana”.