La Oración (V). Una oración confiada
La oración de los niños es sencilla. Logran entablar rápidamente una relación con Dios.
La oración de los niños es sencilla. Logran entablar rápidamente una relación con Dios.
San Pablo pone en evidencia el vínculo estrecho entre la fe y la esperanza. Él afirma que Abraham «creyó, esperando contra toda esperanza».
No se le debe temer a la vejez, ni sentirse nostálgico por la juventud que nunca regresará; en muchas ocasiones, esta etapa es el verdadero inicio de la vida.
Todos los cristianos están llamados a ser santos; y la santidad no se logra sin una sincera, coherente, profunda y viva amistad con Cristo.
Si no está vuelta a Dios, la vejez peligra con ser la etapa más oscura. Pero, orientada a Él, puede ser como la de Abraham: una vejez sólida y vigorosa.
He pensado mucho en la parábola de Jesús sobre Lázaro y el rico. ¡Seremos juzgados no quién sabe por qué cosa, sino por no haber reparado en los demás!