Las posadas comienzan en nuestro corazón

En este tiempo de posadas es muy fácil que nos perdamos en los cantos, las piñatas, los aguinaldos y en la fiesta en general, por eso es muy necesario que hagamos un alto en el camino y reflexionemos que las posadas nos recuerdan que la Virgen María y San José emprendieron el camino para cumplir con lo que el gobernador pidió y no encontraban dónde quedarse para descansar, pues ya estaba avanzado el embarazo de la Santísima Virgen María. Es así que se le llegó el tiempo para que naciera Jesús y les dan posada en un pesebre sencillo. 

Es necesario que no perdamos de vista que ese pesebre debe ser nuestro corazón y que aún estamos a tiempo de prepararlo para acoger al pequeño niño Jesús y ayudar a nuestros hijos a hacerlo también, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Revisa cómo está tu corazón.

Sólo haciendo un examen de conciencia, es decir, haciendo un alto en el camino y en silencio y oración podremos ver en qué condiciones está nuestro corazón. 

Es el tiempo de quitar todo lo que hace feo, frío y oscuro para dar paso a la luz, la calidez y hacerlo confortable para que el pequeño niño que está por nacer pueda habitarlo, hacer su morada y quedarse acurrucado en él. 

Esto lo logramos poniendo atención en nuestros actos, pensamientos y sentimientos y analizando qué tanto buscan el bien, ayudar a los demás o sólo buscan nuestro bienestar a pesar de los demás. 

También es bueno revisar nuestras intenciones ya que muchas veces, nuestros actos son buenos pero lo que nos mueve es algo no tan bueno, sino más bien la soberbia, el egoísmo, la presunción, el lastimar a los demás, etc. 

Con nuestros hijos, debemos ayudarles a que hagan el mismo proceso según su edad y podemos ayudarnos de recursos didácticos como dibujos o cartas para Jesús que está por nacer. 

SEGUNDO. Haz una estrategia para dejarlo listo a tiempo.

Y es que debemos planear los pasos a seguir, ya que si solo hacemos por hacer no tendremos éxito, nos llenaremos de enojo y nuestro corazón al final estará más frío y oscuro que cuando comenzamos. 

Dentro de esta estrategia hay que considerar la confesión sacramental para que Dios nos limpie el corazón, nos perdone de nuestros pecados y tengamos su gracia para no volver a pecar y mantenernos listos para el nacimiento de Jesús. 

También hay que considerar que nos podemos apoyar de las obras de misericordia para fortalecer nuestro corazón y así lograr darle posada a la Virgen María y a San José en este tiempo de espera y peregrinar. 

Si hacemos esta estrategia en familia será más sencillo todo. 

TERCERO. Busca ayuda.

No estamos solos, siempre tenemos ayuda de la Palabra de Dios, la oración, el consejo de algún sacerdote o simplemente los calendarios de adviento que las diferentes plataformas católicas nos ofrecen. 

Si nos apoyamos en familia es más fácil el proceso y así podremos caminar con José y María durante este tiempo de posadas, poniendo atención en lo espiritual, en lo que nos ayuda a hacer de nuestro corazón un lugar cálido para el pequeño niño que está por nacer. 

CUARTO. Vive las posadas con alegría.

Y es que la llegada de Jesús es motivo de mucha alegría y si hemos preparado nuestro corazón, se nos debe notar. 

La alegría es resultado de la paz en el corazón, de tenerlo listo para recibir a Jesús. Así que, si aún no nos sentimos completamente alegres, tenemos tiempo para ver qué nos hace falta en nuestro corazón para vivir plenamente. 

Con nuestros hijos es importante que vean nuestro testimonio de alegría y sobriedad al mismo tiempo. Vivir las posadas con alegría no es sinónimo a vivirlas con excesos o como una festividad mundana, olvidando el verdadero significado. Vivir con alegría es compartir lo que tenemos en el corazón, que hemos preparado para Jesús, con los demás. 

Las piñatas, los dulces y la fiesta serán entonces signos visibles de esa alegría que tenemos en el corazón. 

Y QUINTO. Vive las posadas desde lo espiritual. 

Claro, además de la fiesta es importante no olvidar el rezo del Santo Rosario con los peregrinos. Podemos hacerlo recorriendo nuestro hogar, nuestra calle, la colonia donde vivimos, la parroquia o donde esté organizada la posada, de esta forma verdaderamente estaremos acompañando a José y María en su peregrinar. 

También es bueno preparar algunos cantos o villancicos para cantarlos entre los misterios del rosario. 

Aquí nuestros hijos nos pueden ayudar a cargar a los peregrinos, llevar algunas velitas si su edad se los permite, tocar alguna campanita para anunciar que va la posada y a cantar alegremente. 

Si desde pequeños los llevamos a las posadas será más fácil que aprendan a vivirlas desde lo espiritual y a disfrutar de estos momentos en familia, dando testimonio de alegría en medio de tantas cosas que vivimos en el día a día.

Te puede interesar: Construir puentes. Un símbolo de fraternidad

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@voxfides 

Facebook: Vox Fides 
sdominguez@ew360.mx

Artículos Relacionados