¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios?

Quienes somos católicos practicante sabemos desde nuestra más tierna infancia –cuando nos preparábamos para
la Primera Comunión- que la mejor manera de comunicarnos con Dios es por medio de la oración.

La oración es la elevación de la mente para –en un plano de visión sobrenatural- alabar al Señor, darle gracias por
los beneficios recibidos y pedirle todo lo que necesitemos.
La oración –nos enseñaron los catequistas desde que éramos pequeños- puede ser mental o expresarse por
medio de palabras.
En fin, que ninguna duda hemos tenido a lo largo de nuestra vida de que para comunicarnos con Dios es necesario
orar o sea hablar con Dios.
Ya sabemos cómo alabar a Dios, como darle gracias y como pedirle favores.
Ahora bien, la duda se presenta cuando, fruto de dudas razonables, deseamos saber cómo se comunica Dios con
nosotros para hacernos saber su voluntad.
Desde luego que descartamos –porque no suele ser habitual- que Dios nos envíe ángeles con frecuencia para
decirnos que es lo que quiere o prohíbe; o que todas las noches, antes de irnos a dormir, se nos aparezca Cristo
para darnos su bendición y expresarnos su voluntad.
Ante ello es lógico que expresemos la pregunta que da título a este comentario: ¿Cómo puedo conocer la
voluntad de Dios? ¿Cómo puede saber qué es lo que Él quiere de mí?
Responderemos a dicha pregunta citando a todo un personaje de la Iglesia española de nuestros días. Se trata del
Padre Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná, en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y que tiene a su cargo el
programa PALABRA DE VIDA que se trasmite de lunes a viernes a las 11 de la mañana en 13 TV.
“El Espíritu Santo nos ilumina acerca de la voluntad de Dios en nuestra vida, de qué es lo que quiere de cada
uno…Dios Padre nos habla a través de la historia (los acontecimientos, los signos de los tiempos, nuestra propia
biografía); Dios Hijo habla a través de su Palabra (Sagrada Escritura), y Dios Espíritu Santo nos habla a través de
la conciencia, iluminándola” (Grandeza y debilidad. Ediciones Palabra. Páginas 96 y 97)
Si reflexionamos dichas frases veremos cómo, meditando acerca de los acontecimientos de nuestra vida pasada
veremos como todo obedece a un designio providencial y el que hayamos actuado de tal o cual manera o el que
hayamos rechazado caminar por cierto sendero, todo obedece a un plan providencial en el que se ve con claridad
como Dios quiso librarnos de peligros futuros así como el preparar los mejores momentos.
Respecto a que Dios nos habla por medio de la Sagrada Escritura (palabra de Dios) habrá que puntualizar que
lograremos captar el mensaje divino siempre y cuando reflexionemos lo que se nos dice en la Biblia –y de manera
especial en los Evangelios- Preciso será meditar cada párrafo e incluso cada frase aplicando dicha meditación a la
situación que estamos viviendo.
Y referente a que Dios nos habla por medio de la conciencia no existe duda alguna ya que es ahí donde el Espíritu
Santo con toda claridad emite un juicio práctico acerca de la bondad o malicia del acto que se ejecuta u omite.
Como conclusión a todo lo anterior diremos que el Dios de los cristianos no es algo mudo y lejano como pudiera
serlo una estatua de Buda o de Zeus.

Nada de eso. Cristo Nuestro Señor tiene muchas maneras de comunicarse con nosotros, hacernos saber su
voluntad y –de ese modo- inducirnos a tomar siempre la mejor decisión.
Cristo, el dios hecho hombre, no es una deidad muda y lejana sino que es algo vivo que nos protege, acompaña y
aconseja en todo momento.
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