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Caminemos juntos como discípulos y misioneros
Audiencia 16 de diciembre 2015

Invita el Papa a acercarse al Sacramento de la Confesión

Durante la audiencia general del 16 de diciembre el Papa Francisco recordó la apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Roma, expresando que el Jubileo es en todo el mundo, no solamente en Roma.

 

Papa Francisco: Este misterio de comunión, que hace de la Iglesia signo del amor del Padre, crece y madura en nuestro corazón, cuando el amor, que reconocemos en la Cruz de Cristo y en cual nos sumergimos, nos hace amar como nosotros mismos somos amados por Él. Se trata de un Amor sin fin, que tiene el rostro del perdón y de la misericordia.

 

Indicó que el perdón y la misericordia deben realizarse en la vida cotidiana, siendo el Amor y el perdón un signo concreto y visible que la fe ha transformado y que nos permite expresar la vida misma de Dios.

 

Papa Francisco: Este gran signo de la vida cristiana se transforma después en tantos otros signos que son característicos del Jubileo. Pienso en cuantos atravesarán una de las Puertas Santas, que en este Año son verdaderas Puertas de la Misericordia. La Puerta indica a Jesús mismo que ha dicho: «Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento».

 

Concluyó mencionando que el Jubileo también es la Confesión.

 

Papa Francisco: Acercarse al Sacramento con el cual somos reconciliados con Dios equivale a tener experiencia directa de su misericordia. Es encontrar el Padre que perdona. Dios perdona todo. Dios nos comprende también en nuestras limitaciones nos comprende también en nuestras contradicciones. No solo, Él con su amor nos dice que cuando reconocemos nuestros pecados nos es todavía más cercano y nos anima a mirar hacia adelante. Dice más, que cuando reconocemos nuestros pecados, pedimos perdón, hay fiesta en el cielo, Jesús hace fiesta en el cielo y esta es su misericordia. No se desanimen. Adelante, adelante con esto.

 

Texto completo:

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

El Año Santo de la Misericordia ha comenzado en toda la Iglesia y se celebra en cada diócesis, como un signo visible del amor misericordioso del Padre y de la comunión universal. La Iglesia, que es “una”, vive la comunión con Dios mismo. Este misterio de comunión hace crecer y madurar en nuestro corazón el amor de Dios, que se manifiesta en la misericordia y el perdón. Amar y perdonar son el signo concreto y visible de que la fe ha cambiado nuestros corazones. Este gran signo de la vida cristiana se transforma después en muchos otros signos que son característicos del Jubileo, como el atravesar la Puerta Santa. La Puerta simboliza al mismo Jesús. Cuando pasamos por ella manifestamos nuestra confianza en él y el deseo de una verdadera conversión. Jesús nos anima a salir al encuentro de los demás para llevarles su amor. La confesión es un signo también importante del Jubileo. Acercarse al Sacramento de la Reconciliación es recibir directamente la misericordia divina y, si nos abrimos a ella, también nosotros seremos capaces de perdonar a los demás.

 

Saludos

 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Veo que hay muchos mexicanos por ahí. Hermanos y hermanas, les animo a abrir la puerta del corazón para dejar entrar a Cristo y ser portadores de su misericordia. Les deseo también una buena preparación para una santa celebración de la Navidad. Muchas gracias.

 

 

@voxfides

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