La tarde del viernes 12 de febrero llegó Francisco a la Ciudad de México luego de una breve escala en Cuba con el patriarca ortodoxo Kiril, inundó el corazón de los mexicanos de alegría quienes lo esperaban en las calles de la ciudad para expresarle su afecto durante su recorrido del aeropuerto “Benito Juárez” a la Nunciatura apostólica.

Una luz de esperanza. Nunca es demasiado tarde
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.