Las calles están repletas, mientras San Pedro late con el corazón de los peregrinos. Imágenes de Roma y del Vaticano horas previas a la canonización.
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Las calles están repletas, mientras San Pedro late con el corazón de los peregrinos. Imágenes de Roma y del Vaticano horas previas a la canonización.
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Como peregrinos de esperanza, dice el Papa León XIV, los cristianos estamos llamados a implicarnos en el mundo, “buscando a Dios con nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, y reconociendo su presencia en los diferentes acontecimientos de la vida cotidiana”.

La llegada de Jesús es motivo de mucha alegría y si hemos preparado nuestro corazón, se nos debe notar.

Quien desprecia los vínculos fundamentales y no aprende a soportar incluso sus fragilidades, se vuelve más intolerante e incapaz de interactuar.

La virgen de Guadalupe es un códice toda ella, es decir, cada elemento de la imagen tiene un significado, tanto para los indígenas como para los españoles que la recibieron.

Los grandes directores dan voz a los sentimientos complejos y a veces oscuros que habitan el corazón humano; ayudan a reencontrarse consigo mismo, a mirar con nuevos ojos la complejidad de su propia experiencia y al mundo.