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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

En los Andes también hacen fiesta por la Madre Teresa

A miles de kilómetros de distancia de Roma, en Cuzco, en Perú, el domingo 4 de septiembre, día en el que la Madre Teresa fue proclamada santa en el Vaticano por el Papa Francisco, se celebró una gran fiesta. Ante numerosas autoridades civiles y religiosas, Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano de Cuzco, celebró la misa de acción de gracias por la canonización de la Madre Teresa, concelebrando con los sacerdotes de la Archidiócesis.

En la primera fila estaban sentadas las Hermanas de la Casa “Hogar Madre Teresa de Calcuta”, con todos los hermanos enfermos o a los que asisten en esta casa de acogida. Monseñor Alarcón Urrutia, en su homilía, pidió a toda la población que siga las huellas de la Madre Teresa de Calcuta, que ya es Santa, particularmente en este Año de la Misericordia, a través de las obras de misericordia. La Madre Teresa encarna el lenguaje del Evangelio y, a través de ella, Dios nos pide que encarnemos el lenguaje del Evangelio, con actitudes de amor sencillo y puro, eliminando la ambición, el interés y el mal.

El Arzobispo también dijo: “Imitemos la caridad y la misericordia de la Madre Teresa de Calcuta, ella abrazó a los desechados por la sociedad, los amaba, los cuidaba a todos, especialmente a los más pobres de entre los pobres”. Después de la Eucaristía se ha celebrado una procesión, y la veneración de las reliquias y de la imagen de Santa Teresa de Calcuta.

En Perú hay “Casas de la Madre Teresa” en Lima, Juli, Cuzco y Chimbote”. Sor Mary Prema, Superiora general de las Misioneras de la Caridad, viajó en visita a Cuzco en 2012. Esta casa acoge a más de 40 personas entre niños, jóvenes y ancianos. Aquí las Misioneras de la Caridad cuidan de las mujeres con discapacidad mental y de algunos hombres ancianos sin techo. 

 

 

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