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Aportaciones de México a la Navidad

La Flor de Nochebuena que está presente como adorno en todas las navidades en el mundo entero, es una planta mexicana cuyo nombre en náhuatl es Cuetlaxóxhitl, y cuya posible significación es Flor de Cuero; se empezó a difundir por el mundo en la etapa colonial y así fue catalogada en el siglo XVI por el científico español Francisco Hernández de Toledo, protagonista de la primera expedición botánica a México.

Esta flor que se tiñe de rojo durante el invierno, fue relacionada con la Navidad desde los inicios de la evangelización y por ello servía para adornar las iglesias y por supuesto, los belenes que difundieron los franciscanos debido a que el conjunto de sus pétalos semejan estrellas. Por la misma razón, varios países la adoptaron como símbolo de la época navideña.

Pero ésta encendida flor no es la única aportación de México a las navidades.

En la cena de Navidad, es frecuente el consumo de pavo o guajolote, cuyo nombre científico es “Meleagris mexicano”, una especie desconocida en Europa, de modo que esta ave, desde México, pasó a España pasó a Francia, Portugal, Inglaterra e Italia desde el siglo XVI, incorporándose a la mesa de algunos noves y reyes, e incluso, del mismo Papa.

De igual modo, los chocolates y la vainilla son aportaciones de México a la gastronomía universal.

Las posadas, producto de las misas de aguinaldos que concedió con sus relativas indulgencias el Papa Sixto V en preparación de la Navidad, fueron aprovechadas por los primeros evangelizadores de los indios americanos, de modo que estas fiestas se generalización en México y en algunos países de Centro y Suramérica.

Las posadas recuerdan el peregrinar de la Sagrada Familia pidiendo a los vecinos un lugar donde pasar la noche, horas antes del Nacimiento de Jesús en Belém.

Las piñatas, ciertamente, surgieron en China y se conocieron en Europa a través de Marco Polo; en México fueron utilizadas como elementos de evangelización durante las posadas y el espíritu festivo de los mexicanos la incorporó a las fiestas populares, que se han hecho famosas, sobre todo, a través del cine. De modo que las posadas mexicanas han servido de alegre inspiración a otros países, previa a la celebración de la Navidad.

No podemos olvidar a los artesanos mexicanos que lo mismo fabrican brillantes esferas para adornar los árboles de Navidad, que los belenes elaborados por indígenas con distintos materiales, desde la paja misma, el barro, la madera tallada y policromada hasta la fina cerámica.

 

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