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El papel de la familia en el mundo

Papa: En el Sínodo la familia está por encima de ideas brillantes

“Las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente… Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor […].En este caso, el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad”, enfatizó el Papa Francisco, al inaugurar este domingo la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”.

La apertura del Sínodo extraordinario de la familia coincidió con las lecturas del profeta Isaías y el Evangelio que hablan de “la viña del Señor”. El Papa Francisco aprovechó para explicar que “la viña del Señor es su «sueño», el proyecto que Él cultiva con todo su amor, como un campesino cuida su viña”.

Y precisó que “el «sueño» de Dios es su pueblo: Él lo plantó y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia”.

El Santo Padre recordó, sin embargo, que, tanto en la profecía de Isaías como en la parábola de Jesús, este sueño de Dios queda frustrado. Y en este punto, advirtió a los Padres Sinodales que “también nosotros podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca falta en nosotros, seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Podemos «frustrar» el sueño de Dios, si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo”.

Impregnarse del hombre de hoy y discernir lo que Dios quiere

En la víspera, el Papa Francisco participó el sábado en la Vigilia del Sínodo Extraordinario de la Familia; y fue aquí donde estableció a los Padres Sinodales el método con el cual deberán llevar a cabo su discernimiento espiritual y pastoral para encontrar el camino que los conduzca a dar respuesta a los desafíos que enfrenta la familia hoy.

Ahí les dijo que, “para buscar lo que el Señor le pide hoy a Su Iglesia, debemos escuchar los latidos de este tiempo y percibir el ‘olor’ de los hombres de hoy, hasta quedar impregnados de sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y angustias; entonces sabremos proponer con credibilidad la buena noticia sobre la familia”.

En este orden de ideas, el Papa Francisco pidió al Espíritu Santo el don de la escucha para los Padres Sinodales, para que escuchen a Dios, “hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escuchar al pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama”.

Asimismo, subrayó que es una “condición decisiva” el “mantener nuestra mirada fija en Jesucristo, detenernos en la contemplación y en la adoración de su rostro. [ya que] Si asumimos su manera de pensar, de vivir y de relacionarse, no tendremos dificultades para traducir el trabajo sinodal en indicaciones y caminos para la pastoral de la persona y de la familia”.

Junto con la escucha, el Papa Francisco invitó nuevamente a los Padres Sinodales a confrontarse de forma sincera, abierta y fraterna, a fin de asumir con responsabilidad pastoral las interrogantes que este cambio de época trae consigo y convertirla en una oportunidad providencial para renovar –siguiendo el ejemplo de San Francisco de Así– a la Iglesia y a la sociedad.

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